La máxima protección

Los parques nacionales -diez ahora, aunque las Cortes ya tramitan la creación de dos más- representan la máxima protección legal que se puede dar a una zona natural española. Abarcan un total de 210.000 hectáreas; algo más, por ejemplo, que la provincia de Guipuzcoa: el 0,5% de todo el territorio nacional. El mayor es el de Picos de Europa (64.600 hectáreas) y los más pequeños son Caldera de Taburiente (4.690) y Garajonay (3.984), ambos en Canarias.Estas zonas naturales se regulan por la Ley 4/89, de los Espacios Natuerales y de la Flora y Fauna Silvestres. Según esta norma, un parque es un área natural poco transformada por la explotación u ocupación humana que, en razón a la belleza de sus paisajes, la representatividad de sus ecosistemas o la singularidad de su fauna y flora, posee valores ecológicos o científicos que merecen una atención preferente.

Los parques nacionales están zonificados en cuatro áreas: de reserva (cerrada al público y a la que sólo se puede entrar por motivos científicos previa autorización), de uso restringido (no se pueden abandonar los senderos), de uso moderado (se admite el acceso con vehículos e incluye áreas de recreo) y de uso especial (alberga construcciones controladas).

32 nuevas zonas

Las asociaciones ecologistas consideran escaso el número de parques nacionales existentes. Por eso, reclaman la creación de 32 nuevas zonas protegidas. En Madrid, por ejemplo, piden que el monte de El Pardo (17.000 hectáreas), bajo gestión de Patrimonio Nacional, logre esta figura de protección. Santiago Martín Barajas, de Ecologistas en Acción, considera que "El Pardo es la gran asignatura pendiente de la Administración medioambiental española". "El Pardo debía ser un parque nacional, porque, hoy en día, se gestiona sólo como una finca de caza. Es cierto que no se muere, pero necesita más cuidados".