Dice mi vecina

Los monitores escolares pertenecen al personal de administración y servicios, realizando un cometido imprescindible y complementario en la labor educativa, pero, en muchas ocasiones, no valorado. Esto se refleja en el intento de supresión de dicha categoría por la de monitor polivalente. En un escrito aparecido recientemente, se afirma que la Consejería de Educación "ha propuesto a las organizaciones sindicales la creación de la figura de monitor de educación, categoría laboral polivalente, no docente y de apoyo en los colegios públicos". Pero alguna de estas organizaciones habla de un preacuerdo de fusión de categorías basado en dos puntos fundamentales: voluntariedad y polivalencia. El concepto de voluntariedad no aparece en lo transmitido por el señor Pezzi, que sólo menciona polivalencia, y parece ser, con un plus económico por la realización de las diferentes funciones. Si nos detenemos un momento, ambas ideas, llevadas conjuntamente, serían contradictorias. Si se pretende unificar categorías, sería absurdo diferenciar a los trabajadores según su "voluntariedad", pues diferenciaríamos entre el monitor voluntario y el no voluntario (kafkiano). Y también sería una contradicción con los que no deseáramos la polivalencia, pues esto nos llevaría a una encrucijada difícil de explicar, ya que estaríamos admitiendo indirectamente que tenemos tiempo para realizar más funciones, lo que sería erróneo. Los enlaces sindicales deben llevar a los convenios lo que un colectivo discute y desea para su futuro profesional. En una reunión mantenida en Huelva, todos los que estábamos presentes decidimos unánimemente la no inclusión de la polivalencia y la diferenciación entre el monitor escolar y el monitor infantil, pues ninguna remuneración adicional estaría por encima de nuestra dignidad.- y Ana Manuela Armenteros Aponte, monitoras escolares.

Soy padre de un alumno que acaba de terminar su licenciatura de Biblioteconomía y Documentación en la Universidad de Granada y se ha matriculado este año para el doctorado, y quisiera exponerle algunas apreciaciones. Con fecha 27-5-98 le contestó usted a mi hijo en el Buzón de Pezzi, espacio que tiene el diario EL PAÍS los jueves en el suplemento Andalucía dedicado a los alumnos, donde mi hijo le reclamaba a la Junta y, concretamente, a su consejero de Educación, el abono por haber estado tres meses trabajando con una beca-práctica en empresas de Granada (60.000 pesetas) y que hasta la presente no ha recibido cantidad alguna de la Junta. Sabiendo usted de antemano el esfuerzo que de por sí tienen que realizar los alumnos, simultaneando estudios y trabajo-beca, y donde usted le prometió en su contestación resolver lo antes posible el pago atrasado. Yo me pregunto, como padre, señor Pezzi, si usted cree que esta situación es normal; usted sabe que todo lo que se le mande es poco. Póngase en mi lugar y medite: ¿es justo que tenga que pasar tanto tiempo (le estoy hablando desde octubre de 1997)? Le pido disculpas si le he podido molestar y, sin otro particular, le saludo atentamente.-

Tardar casi siete horas de Granada a San Fernando y conseguir asiento en el tren mientras que en coche son tres horas y media. ¿Cómo es esto posible? Muy sencillo, no existe tren directo de Granada a San Fernando, ¿increíble, verdad? Existiendo una gran cantidad de estudiantes gaditanos en Granada, produciéndose en fechas puntuales -Navidad, Semana Santa, puentes largos...- una gran aglomeración, teniendo que ir gente de pie en los vagones, se preguntarán, ¿por qué? Porque venden billetes sin haber asientos para todos, pagando la misma cantidad por ir de pie que sentados, como si fueran ganado. Se aprovechan de que son estudiantes.- , alumno del IES Wenceslao Benítez.