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Maragall acusa a Pujol de "frivolizar" el balance fiscal y a Rato de rehuir el debate

Enric Company

Pasqual Maragall, candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, recogió ayer el guante lanzado por Jordi Pujol al reclamar una mejor financiación para Cataluña, pero le acusó de utilizar "frívolamente" cifras sobre el balance fiscal de Cataluña con el Estado. "La cosa no está en si queremos más o en si pagamos menos", afirmó, "sino en establecer unas normas de reparto aceptables para todos". Maragall sostuvo que, en contra de lo que ha dicho el vicepresidente económico, Rodrigo Rato, "de estas cosas sí hay que hablar"; y hay que hacerlo poniendo sobre la mesa todas las cifras.

Para contribuir a este debate, Maragall presentará el próximo lunes su propuesta de federalismo fiscal, cuyo objetivo no será determinar cuánto le corresponde aportar o recibir a Cataluña o a cualquier comunidad autónoma, sino fijar los criterios que deben constituir el sistema. Aunque le diera, en parte, la razón a Pujol al reclamar una financiación mejor para Cataluña, Maragall criticó el hecho de que el presidente catalán la planteara "como una petición de aumento de salario o una reducción de horas de trabajo". Lo que con este método ha conseguido Pujol es, ironizó, la inmediata reacción en contra de la otra parte, como a menudo ocurre en las negociaciones sindicales. Al vicepresidente Rodrigo Rato y al ministro de Administraciones Territoriales, Mariano Rajoy, les aceptó que todos paguen "según la misma ley" -en cualquiera de las comunidades autónomas- pero, acto seguido, recordó que la balanza fiscal "se forma con lo que se paga y con lo que se recibe". Todo esto lo dijo el ex alcalde de Barcelona en una intervención en las jornadas de debate organizadas por The Economist en un hotel de Madrid. Ante unas 200 personas, entre las que abundaban ex altos cargos socialistas, empresarios y ejecutivos, Maragall expuso también su convicción de que en Cataluña "va a haber un cambio" político en las próximas elecciones autonómicas y aseguró: "Lo haremos con respeto; esperamos comprensión y garantizamos ecuanimidad". En la misma mesa que Maragall se sentaron el candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Borrell, y los ex ministros Carlos Solchaga y Miguel Boyer. Sin embargo, Borrell no pudo oír el discurso del ex alcalde porque tuvo que irse al Congreso de los Diputados. Antes de su intervención pública, Maragall había explicado también que Borrell "va a colaborar en la elaboración de la propuesta catalana" para el nuevo modelo de financiación autonómica que él se propone articular. Las reivindicaciones formuladas el pasado lunes por Pujol no merecen el nombre de propuesta catalana, aseguró, porque sólo expresan las ideas de CiU. En el mismo foro, el secretario de Política Autonómica del PSOE, Ramón Jáuregui, había adelantado poco antes que el programa electoral de su partido contendrá el compromiso de los socialistas de pactar el nuevo sistema de financiación autonómica, en el supuesto de que ganen las elecciones, con el primer partido de la oposición, y no sólo con los nacionalistas, como ha hecho el Gobierno del Partido Popular (PP). Maragall dio por sentado que el cambio político en Cataluña le va a colocar como protagonista de la nueva etapa y anticipó el talante general que, según él, va a tener. Ahí es donde quiso marcar diferencias con el estilo de Pujol. Lo hizo así: "No nos verán instalados en la queja y la riña, ni mirando al resto de España como si la cosa no fuera con nosotros". Marcó también sus distancias con los planteamientos de soberanía compartida en el marco general de la Unión Europea preconizados por los nacionalistas. "No estamos haciendo las maletas para irnos a Bruselas, porque nos vamos a quedar aquí", dijo, "para tirar de esta piel de toro". Junto a estas palabras, que fueron correspondidas con un aplauso de los asistentes, Maragall defendió que Cataluña tiene "una cierta obligación" de tomar la iniciativa y plantear un sistema de distribución federal del gasto público "que sea aceptable por todos". Tranquilizó a quienes creen que en las últimas semanas se ha acercado demasiado la actitud de Pujol. "Garantizamos que no haremos un planteamiento exclusivamente reivindicativo".

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