Fernando Colomo defiende el trabajo en equipo durante su homenaje en el Festival de Huelva
Fernando Colomo aseguró anoche que hay quien piensa que él trae suerte. El director de Tigres de papel recibió con humor y emoción la Caravela de Plata con la que homenajea su carrera el 24 Festival de Cine Iberoamericano de Huelva. Colomo, director y productor cinematográfico, aseguró que en su profesión resulta decisivo el trabajo en equipo. Su última película, Cuarteto en La Habana, se estrena dentro de unas semanas en Cuba. Colomo estuvo acompañado, entre otros, por Mirta Ibarra -la viuda de Tomás Gutiérrez Alea- y el actor Manolo Iborra.
De Fernando Colomo, de 51 años, se dijo ayer, en una mesa redonda en su honor, que ha hecho comedia en España pero no comedia española. De hecho, Colomo defendió abiertamente la faceta sonriente de la vida: "Después de un entierro, que es un drama, los primos y las primas se encuentran y empiezan a tomar copas. La tragedia va sola, va por otro lado. Hay que ser optimistas", afirmó. En la mesa redonda se subrayó la faceta de productor cinematográfico de Colomo, que creyó en películas como Ópera prima, de Fernando Trueba, que marcaron a toda una generación. "Yo me he producido mis trabajos, pero me hubiera gustado que alguien lo hubiese hecho por mí. Nunca he tenido la intención de ser independiente, fue una necesidad", señaló. Por su parte, Mirta Ibarra dijo que le gusta cómo Colomo hace participar a los actores en los rodajes: "Soy partidaria de los directores, como Fernando, que se sienten seguros de su puesta en escena, y te transmiten esa seguridad, hasta hacerte participar activamente. El que tiene talento, escucha. Él lo hace". Estreno Otra de las estrellas de ayer en el festival onubense fue Juan Manuel Cotelo, director navarro de 32 años, que presentó su ópera prima titulada El sudor de los ruiseñores, única película española a concurso. La cinta está protagonizada por María de Medeiros y Carlos Isbert, y trata sobre la peripecia de un músico romano que busca trabajo sin éxito en una orquesta española. Juan Manuel Cotelo, autor también del libreto, es un decidido defensor de la importancia del guión en cualquier película: "Es lo fundamental. Encuentras con relativa facilidad buenos actores, técnicos y músicos, pero todo el trabajo se apoya en el guión. La letra sale de dentro, con mucho esfuerzo. Cuando escribo, nunca recurro a los argumentos que puedan tener una aceptación masiva, sino que aporto las ideas en las que creo firmemente. Ahora he hecho la película que me gustaba y me salía de dentro, la que yo hubiese visto en el cine mil veces". La película huye abiertamente de la trepidación. "Es una historia sencilla, al estilo de las canciones de Rosana, que incluso interpreta un tema en nuestra banda sonora. La música tiene un gran protagonismo. No se trata de un musical, pero sí de una película casi musical", explicó. Por su parte, Carlos Isbert, dijo que como actor le gustaría heredar la inmensa humanidad de su abuelo, el inolvidable Pepe Isbert. "Lo traté poco, porque yo era muy niño. Pero recuerdo su gran corazón". Carlos Isbert debuta en el cine con El sudor de los ruiseñores.
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