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CONGRESO LA FACETA MASÓNICA DEL AUTOR CENTRA TAMBIÉN LA INAUGURACIÓN

Joan Oleza reivindica la obra de Blasco Ibáñez como una "manera realista de ser moderno"

Ferran Bono

Frente a la idea extendida de que no hay "más modernidad que la modernista", Joan Oleza, profesor de literatura y director del congreso sobre Vicente Blasco Ibáñez que se inauguró ayer en Valencia, defendió que la obra del escritor valenciano "sigue siendo una manera realista de ser moderno" y rechazó la inclusión de Blasco entre los escritores noventayochistas. La profesora del CSIC Pura Fernández, por su parte, indagó en el enfrentamiento entre católicos y masones en la vida social y política de Valencia y recordó que Blasco fue "investido con el grado 1º por el serenísmo Gran Oriente Nacional de España de la logia Unión de Valencia bajo el nombre de Hermano Danton".

El congreso promete ser polémico a tenor de las opiniones divergentes que siempre genera Blasco Ibáñez y al aperitivo de ayer. El propio Manuel Tarancón, presidente de la Diputación de Valencia, que organiza el encuentro en colaboración con la Universidad de Valencia y la UIMP, animó a los numerosos ponentes "a que polemicen" con el fin de enriquecer el conocimiento del escritor y propiciar nuevos estudios y enfoques". Francisco Camps, consejero de Cultura, destacó que el escritor, político, viajero y cineasta "supo marcar las pautas de lo que iba a ser el siglo XX". Vicente Blasco Ibáñez. La vuelta al siglo de un novelista es el título del congreso. Oleza concluyó su muy aplaudida intervención afirmando que el autor de La barraca "aseguró la continuidad entre el naturalismo del siglo XIX y el primer realismo del XX, el realismo social. Tras repasar las distintas etapas literarias de Blasco, el catedrático de la Universidad de Valencia se mostró partidario de suplir la visión dualista de "un fin de siglo español dividido entre la estética modernista y noventayochista" por la reformulación de una época estéticamente unitaria que se puede definir bajo el término anglosajón de modernism. Ante las descalificaciones a Blasco por anacrónico y "hortera valenciano" -apuntó en alusión a Valle Inclán- y ante la idea de modernidad, entendida como el ataque frontal al realismo al tiempo que la defensa de la experimentación, de la autonomía del arte respecto a la realidad y de la sacralización de la belleza, Oleza se preguntó si cabe considerar como "manifestaciones escleróticas del Antiguo Régimen literario" a la Ilustración, el Romanticismo socializante, el Realismo, el Naturalismo o el Neorrealismo de postguerra. Sostuvo entonces el profesor que su concepción de modernidad es "menos unilateral", y significa un proceso de "modernización civilizadora, que crece y se despliega en la medida en que se cuestiona". Un proceso en el que incluyó la obra Blasco Ibáñez, escritor que para Oleza no perteneció al grupo de los noventayochistas por su "panmediterraneísmo ferviente y dionisíaco", y, en definitiva, por las diferencias ideológicas, literarias y de desencuentro histórico. Blasco Ibáñez, de otro lado, mantuvo una activa militancia masónica, que "parece decaer a medida que se consolida su prestigio político", apuntó Pura Fernández en su intervención. La profesora del CSIC comentó que Blasco escribió tres novelas antijesuíticas y promasónicas, La araña negra, ¡Viva la República! y Los fanáticos. Algunos hispanistas, sin embargo, calificaron de leyenda el anticlericalismo de Blasco Ibáñez, según recoge Efe. Así, las acusaciones generalizadas de "satanás" o comecuras fueron creaciones exageradas de sus oponentes.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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