Andalucía registra un déficit de precipitaciones por primera vez en los últimos cuatro años
Queda apenas un mes para que entre el invierno y no llueve. El año meteorológico ha empezado seco y eso se nota en los indicadores. Todas las provincias andaluzas registran un déficit de precipitaciones respecto a lo que es considerado normal por los expertos. Las diferencias, entre 50 y 175 litros de agua menos, empiezan a ser de cierta entidad, pero los meteorólogos no se atreven a aventurar el inicio de un nuevo período seco, y menos aún de la temida sequía. El agua recogida en los embalses desde 1995 garantiza el suministro a regadíos en los próximos dos años.
La cuenca del Guadalete y Barbate es la excepción a la regla. El nivel del resto pantanos que gestionan las confederaciones hidrográficas muestran una disminución respecto al agua embalsada por estas fechas en 1997. Las mayores diferencias se registran en la cuenca del Guadiana -un 17% menos que el año pasado-, y en la Cuenca Sur. Un fenómeno que se explica tanto por la ausencia de lluvias en las últimas semanas como por la gran cantidad de agua acumulada en 1997, tras tres años de precipitaciones por encima de la media. "Eso sería claramente precipitado", dijo un responsable del Instituto Nacional de Meteorología de Sevilla cuando se evocó el fantasma de la sequía. La percepción entre los científicos es que, efectivamente, el principio del año meteorológico -que comienza el 1 de septiembre-, es el más seco de los últimos años. En zonas de Huelva y Sevilla tienen un retraso respecto "a un año normal" de más de 150 litros. Pero también recuerdan que la sequía de los primeros años 90 -"el período seco más largo de los últimos 50 años", acota el responsable del Insti-tuto-, terminó en 1995, con las fuertes lluvias del mes de... diciembre. Los posibles afectados de la próxima sequía están algo más inquietos. "Es preocupante la actual situación climatológica", concede Pedro Parias, secretario general de la federación de regantes de la cuenca del Guadalquivir. Y eso, que como señala, disponen del colchón de seguridad del agua embalsada desde 1995: "Podemos afrontar dos años sin lluvias con cierta tranquilidad". El dirigente de la federación de regantes sabe que su sector, que ocupa 671.000 hectáreas y absorbe más del 80% del agua distribuida en la región, tiene "prioridad baja". Es decir, que en caso de que viniera una nueva sequía se abastecería primero al consumo y a la industria. A pesar de esta garantía de dos años y del último período de lluvias, el sector muestra serias carencias. Según los datos recopilados en el Plan Director de Infraestructuras de Andalucía, la dotación media anual de agua al regadío andaluz es de 6.214 metros cúbicos por hectárea, casi 1.000 menos que en el resto del país. Las altas temperaturas de la región y las mayores pérdidas en la red de distribución regional agravan la comparación. "Para nosotros es lamentable que, desde el 95, no se haya empezado ni una sola obra para aumentar la regulación del agua". La construcción de embalses es competencia exclusiva del Gobierno central, al que Parias exigió más inversiones. "Si no, en cinco años podemos volver a los primeros efectos de la sequía, el paro y la pérdida de mercados". Modernización El Plan Director de Infraestructuras propone la "modernización de unas 260.000 hectáreas" para mejorar la eficiencia de las explotaciones y, por tanto, ahorrar agua. E incluso, la transformación de 122.000 hectáreas más en regadíos. Siempre claro, que se solucione el déficit que, aún en años de lluvia, calcula el documento de la Consejería de Obras Públicas: 620 hectómetros cúbicos al año. Trasvases desde cuencas externas -fundamentalmente desde la del Duero y la del Tajo-Segura-, y aumentar la regulación del agua (embalses) un 36% en los próximos diez años son las soluciones propuestas. "Ni un solo embalse nuevo, ni un solo trasvase", dijo el consejero de Obras Públicas, Francisco Vallejo, para referirse a la "ineficiencia en políticas de agua" del Gobierno central. Vallejo, en la presentación del borrador del Plan de Infraestructuras en Sevilla, resaltó "la nula sensibilidad" del Ministerio de Medio Ambiente para vaticinar que la "próxima sequía tendrá efectos difíciles de prever para los andaluces", y reclamó las competencias "para quienes están interesados en el problema".
Un plan para anticiparse a las inundaciones
La extrema irregularidad de los ríos y el débil encauzamiento de los valles son algunas de las claves que explican el gran número de zonas de riesgo de inundaciones en una región seca como Andalucía. El Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía ya señala 250 puntos negros. Pero este inventario se ha quedado pequeño. Según el plan que elabora el Consejo Andaluz del Agua, más de la mitad de los términos municipales pueden ser escenario de avenidas. El plan de defensa contra avenidas en los núcleos urbanos localiza más de 400 zonas inundables, aunque el consejero de Obras Públicas matizó que sólo un centenar se consideran de alto riesgo y la mayoría están alejados de las poblaciones. Vallejo presidió ayer la tercera sesión plenaria del Consejo Andaluz del Agua, un organismo que nació en medio de la última gran sequía. Representantes de sindicatos, asociaciones agrarias, regantes, y de las administraciones au-tonómica y central debatieron en Sevilla el trabajo encargado, hace más de un año, a las comisiones. La localización de las zonas de inundación servirá para elaborar un plan de medidas correctoras que palíe los efectos de grandes crecidas como las sufridas por Écija o Camas. Los asistentes a esta tercera reunión del pleno del Consejo Andaluz del Agua contemplaron, por primera vez, el atlas hidrogeológico de Andalucía. El documento, elaborado con la asitencia técnica del Instituto Tecnológico Geo-minero, es el primero que refleja un mapa completo del agua subterránea de la región. "En los últimos años de la sequía no quedó una sóla bolsa de agua subterránea a la que no acudiéramos", recordó Francisco Vallejo para explicar la importancia del nuevo atlas. "Tenemos que estudiar como explotar conjuntamente las aguas superficiales y las subterráneas", indicó el consejero, como una nueva receta ante próximas épocas secas. Esta guía al agua subterránea andaluza incluye también los sondeos realizados en los primeros años de esta década, el periodo de la última gran sequía, para comparar con el nivel actual de los acuíferos. El atlas refleja la calidad del agua subterránea, el grado de salinidad y contaminación. La Consejería de Obras Públicas presentó al plenario del Consejo Andaluz del Agua el borrador del plan de saneamiento y depuración que el departamento de Vallejo ha redactado siguiendo la legislación comunitaria. El consejero resaltó que el 80% del abastecimiento de agua se hace por redes supramunicipales y que las actuaciones de depuración deben sujetarse a esta estructura. El consejero de Obras Públicas, y presidente del Consejo, consideró que este organismo había "cubierto" los objetivos marcados hace un año.
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