2.000 inmigrantes claman por su dignidad en El Ejido
Unos 2.000 inmigrantes -según los convocantes, 1.200 según la policía-, en su mayoría marroquíes, salieron ayer a las calles de El Ejido (Almería) para reclamar justicia por el asesinato la pasada semana de Abdel Khalek Al Ammary. Pero, la demanda de una investigación rápida que esclarezca la muerte del inmigrante no era el único motivo de la manifestación. Los inmigrantes querían denunciar también las condiciones de vida y trabajo que muchos de ellos soportan en la comarca del Poniente almeriense. Salarios y viviendas dignas, una educación intercultural y la derogación de la Ley de Extranjería, eran las principales demandas. "Los trabajadores inmigrantes representamos más del 80% de los asalariados agrícolas. Junto con los obreros almerienses y de otros lugares de España, hemos contribuido al desarrollo de la provincia. Sin embargo, la mayoría de nosotros llevamos una vida más precaria que ningún otro sector de la sociedad", rezaba el manifiesto de un colectivo de inmigrantes marroquíes, convocante de la manifestación. Tras el asesinato de Al Ammary -que murió hace una semana después de recibir los disparos de dos encapuchados- los inmigrantes han decidido denunciar con energía las condiciones en las que sobreviven. Hablan de "violación de los derechos humanos" y aseguran que "la situación es de extrema gravedad, sobre todo en el caso de los indocumentados, que están condenados a trabajar en la economía sumergida, privados de los derechos laborales más elementales". Las primeras propuestas de una huelga de inmigrantes en el sector agrícola se empezaron a escuchar ayer. "Vamos a dejar de trabajar en los invernaderos durante un mes. A ver cómo se arreglan sin nosotros", dijeron los convocantes. "Somos inmigrantes, no somos traficantes", "frente al asesinato, movilización", "la Ley de Extranjería es una porquería" o "no somos violentos, estamos por la paz", eran algunos de los gritos que ayer corearon los inmigrantes que recorrieron las calles de El Ejido, en medio de una fuerte escolta policial. La manifestación partió al mediodía de la plaza del Ayuntamiento de El Ejido, no sin que antes los inmigrantes denunciaran que les habían prohibido pasar por algunas calles del pueblo. Sin embargo, finalmente optaron por un trayecto alternativo e incluso contaron con la colaboración del Cuerpo Nacional de Policía, que les prestó su equipo de megafonía para que hablaran los portavoces de la convocatoria una vez que finalizó el recorrido, hacia las dos y media de la tarde. Sólo IU respaldó expresamente la manifestación a la que no se sumaron los vecinos de El Ejido, ni organizaciones de ningún tipo. Familiares del inmigrante asesinado rechazaron la hipótesis con la que trabaja la policía de que la muerte puede estar relacionada con un ajuste de cuentas.
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