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El presidente francés promete a Aznar mantener la presión policial sobre ETA

El presidente de la República francesa, Jacques Chirac, prometió ayer al jefe del Gobierno español, José María Aznar, que mantendrá la misma cooperación antiterrorista, "con los mismos recursos y los mismos medios", hasta que haya garantías de que el abandono de la violencia por parte de ETA es definitivo. Chirac se mostró dispuesto "a adoptar medidas penitenciarias complementarias de las que adopte España" en relación con los 59 etarras presos en cárceles francesas, según fuentes españolas.

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El frente europeo

Aznar y Chirac se entrevistaron ayer durante dos horas y media en la primera jornada de la cumbre bilateral de La Rochelle, al norte de Burdeos. La reunión se centró en el análisis de la situación creada por la tregua indefinida de ETA, ya que no se había producido ningún contacto directo al máximo nivel entre ambos gobiernos desde el 17 de septiembre.Ambos mandatarios coincidieron en un principio fundamental: no habrá ninguna concesión política a cambio de la paz. Aunque Francia insiste en que ETA es un asunto interno español, lo cierto es que el propio comunicado que anunciaba la tregua aludía a Iparralde (el País Vasco francés), para el que los nacionalistas moderados reclaman un departamento propio. HB, de su lado, ha anunciado la creación de una Asamblea Nacional de Municipios Vascos, que incluiría localidades al norte de los Pirineos.

Aznar y Chirac reconocieron que el cese indefinido de la violencia supone "un avance", pero sin olvidar que todavía no hay garantías de que sea definitivo, por lo que no se debe bajar la guardia. También coincidieron, según fuentes españolas, en su diagnóstico sobre la causa de la tregua: la debilidad de ETA; fruto, en parte, de la cooperación policial francesa.

El presidente francés se mostró dispuesto a "adoptar medidas penitenciarias complementarias de las que adopte España". Lo que significa que Francia acercará al País Vasco a los 74 presos -59 de ETA y 15 de su versión francesa, Iparretarrak-, actualmente recluidos cerca de París, en coordinación con España y dejando que sea el Gobierno de Madrid el que tome la iniciativa.

El Ejecutivo francés está recibiendo ya presiones para que acerque a los presos vascos. Un manifiesto en favor de dicha medida ha sido firmado hasta ahora por unas 10.000 personas; entre ellas, la secretaria de Estado para la Formación Profesional, Nicole Péry, y una cuarentena de alcaldes del País Vasco francés, entre los que se encuentra el de Biarritz, el senador conservador Didier Borotra.

Aznar fue recibido a media tarde por Chirac en la plaza del Mariscal Foch de La Rochelle, en una discreta ceremonia cuya brevedad agradecieron la docena de ministros de ambos gobiernos -los titulares de Economía, Industria, Asuntos Exteriores, Interior, Fomento y Obras Públicas, Agricultura y Pesca- debido al frío glacial.

La ampliación de la UE

El primer ministro francés Lionel Jospin llegó ayer a La Rochelle con un propósito difícil de cumplir. Convencer al Gobierno español de que acepte una ampliación "rápida" de la Unión Europea. La víspera, en Praga, el primer ministro francés aseguraba al Gobierno de la República Checa que la ampliación puede ser una realidad en el año 2003, una fecha irreal para la mayoría de los diplomáticos españoles.La ampliación de la Unión Europea al centro y al este de Europa -Polonia, Hungría, República Checa, Estonia y Eslovenia, además del caso de Chipre- es el objetivo final del complejo debate en el que se haya inmersa la UE para pactar los presupuestos del sexenio (2000-2006). De la forma en que se resuelva ese pulso, que debe estar listo para diciembre del año próximo, dependerá cómo y cuándo se hace la ampliación y, sobre todo, a costa de quién. Es decir, falta por saber quién pagará la factura de unas subvenciones necesarias para que países como Polonia puedan absorber el impacto de la unión aduanera.

Aunque la fecha del 2003, adelantada por Lionel Jospin en Praga, parezca irreal a la diplomacia española, es una posición más prudente que la que suele mostrar el presidente Jacques Chirac en sus visitas al Este. Jospen justifica el plazo de cuatro años para "poner orden" en la casa común europea a fin de prepararla para el ingreso de nuevos miembros.

El Gobierno español mantiene hasta el momento una posición irreductible en el debate presupuestario que está ligado íntimamente al proceso de ampliación. Se niega aceptar, como quieren franceses y alemanes, que se fije un techo máximo a los gastos y exige que se detalle antes el costo real de la ampliación y cómo se reparte entre los países miembros.

Aznar, que en los próximos meses viajará a Praga, mantiene que la posición española no es contraria a la ampliación, sino que defiende que ésta se haga en las condiciones más ventajosas para los países que se incorporan. En su opinión, algunos países, los más ricos de la UE, quieren transferir el coste de la ampliación a los países mediterráneos que hoy reciben ayudas para equiparar su renta a la media comunitaria.

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