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UIMPCURSO SOBRE CINE ESPAÑOL

Octavi Martí destaca el "desparpajo" de los filmes catalanes de Cifesa

Ferran Bono

Durante la postguerra, las películas catalanas realizadas por Cifesa carecían del rictus histórico y folclórico de las producciones madrileñas. Eran más baratas y gozaban de mayor desparpajo y viveza, comentó ayer el periodista Octavi Martí en el curso sobre el cine español de 1939 a 1953 de la UIMP.

Martí destacó las aportaciones de Ignacio Iquino, director de El hombre de los muñecos y El difunto es un vivo, entre otras. Eran películas de "puro entretenimiento", que se nutrían del humor de las revistas de la época y de Poncela o Arniches, e intentaban calcar los filmes de género de las modestas productoras de EE UU, como la RKO, de los años 30. El "equívoco de personalidad" era recurso muy utilizado, comentó el periodista de EL PAÍS y estudioso del cine. "Se transmitía el sentimiento de que en los 40 todo el mundo quería ser otro", añadió. Es el caso de El difunto es un vivo, donde el protagonista se siente menospreciado, por lo que decide simular su suicidio y representar el papel de un hermano gemelo que vuelve de América derrochando simpatía. Al poco, consigue seducir a la presunta viuda y cuñada, pero la censura no podía aceptar este "desparpajo", comentó Martí con sorna, y resolvió la situación haciéndole decir a la mujer, al final del filme, que en todo momento fue consciente del ardid de su marido. La guerra civil y la república eran episodios intocables en las películas catalanas de Cifesa. La realidad mostrada era ficticia, aunque algunos diálogos reflejaban la miseria de la época, como las continuas alusiones al hambre formuladas hasta por la aristocracia. Desinhibición fue el rasgo que más destacó el también periodista y cinéfilo Fernando Méndez-Leite del realizador valenciano Luis Lucia en su intevención en el curso El cine español desde el final de la guerra civil hasta la firma del primer tratado con Estado Unidos (1939-1953), que, dirigido por Augusto M. Torres, concluye hoy. "Luis Lucia era un director muy fallero, muy desinhibido a la hora de crear. No se autocensuraba nada. Se le ocurrían cosas muy extremas y las llevaba a cabo. Era muy dado a la exageración", comentó.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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