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Voto a Dios, pardiez, vuelve Alatriste

Jacinto Antón

Presentó ayer en Barcelona su última novela Arturo Pérez-Reverte en plan tercio de Flandes: contundente. No con alabarda, arcabuz y toledana, como los protagonistas del libro El sol de Breda (Alfaguara), tercera entrega de las estupendas aventuras del capitán Alatriste, sino con la palabra, que es lo suyo. Tomó la palabra, pues, Pérez-Reverte y la mantuvo durante las dos horas siguientes, a lo largo de las cuales habló el escritor, con envidiable soltura, de todo: de Alatriste, de los tercios, de su próxima novela, de la guerra, de España, de la crítica, y de su concepción de la literatura: "Escribir una novela es vivirla, desfrutártela, comértela, bebértela, follártela". Lo dicho, en plan tercio. Abrió el acto el editor Juan Cruz con la insólita noticia de que Alatriste entra en la red. No se refería Cruz a que nuestro héroe fuera a caer en alguna trampa preparada por el siniestro Gualterio Malatesta, sino a que se ha creado una página en Internet dedicada al capitán y su época (www.alfaguara.santillana.es/alatriste). Las aventuras de Alatriste aparecerán en diciembre traducidas al euskera y el año que viene en catalán. Pérez-Reverte dijo que a él los actos como la presentación de su novela le dan mucha vergüenza y que el día que no se la den se considerará "un perfecto gilipollas". Y explicó: "Cuando has sido puta antes que monja nunca puedes oír "te quiero" con naturalidad. He sido tanto tiempo periodista que ya no se me va la olla aunque vea a 150 periodistas esperándome, como el otro día en Madrid". En El sol de Breda, en la que hace aparecer fugazmente, en plan secundario, a Calderón, ha tenido los arrestos de enmendarle la perspectiva a Velázquez, invirtiendo el cuadro de las lanzas en la portada a fin de que se vea a "los verdaderos protagonistas de la historia, los que hicieron el trabajo sucio", los protagonistas de su novela. Explicó que siempre le ha fascinado ese lienzo -"me deja turulato"- por lo que hay detrás y no se ve. "Y me quise pasar a ese lado, pasear por Flandes de la mano de esa gente y hablar de lo que siempre hablo: de España, de la memoria y de cierta visión del mundo que tengo". En la novela se sumerge al lector en la guerra de Flandes. Duro y sucio asunto. "Así es la guerra, no me la ha contado nadie. He leído testimonios directos de la época y he juntado mi recuerdo personal, mis Sarajevos, mis Beiruts. Es la guerra a nivel de trinchera, con piojos, hambre, también dignidad". Al apuntársele que su libro coincide con la exhibición en las pantallas de Salvar al soldado Ryan, que también muestra una visión cruda de la guerra, saltó con expresión de rajabroqueles: "¡Yo fui a la guerra antes que Spielberg!", aunque concedió que el cineasta "se ha acercado bastante a lo que es la guerra de verdad: las balas hacen ruido al entrar en los cuerpos, la gente se desangra y a veces te arrancan los huevos". El escritor rompió una lanza -valga la expresión- por los tercios, "la mejor infantería de la época", y sostuvo su idea de España "como lugar de encuentro, como plaza pública". Dijo que se lo ha pasado estupendamente escribiendo la nueva aventura de Alatriste: "La literatura también es juego, placer, yo no sufro escribiendo, sino al contrario; soy un escritor feliz". De su identificación con los personajes que crea señaló: "Yo fui, en algún momento, el húsar; me hubiera gustado ser el maestro de esgrima, pero soy Lucas Corso con algún toque de Alatriste". Añadió: "Los silencios de Alatriste son los míos", lo que causó cierta estupefacción. Ofreció algunas pistas de la nueva novela que escribe, cuyo inicio transcurre en Barcelona y que tiene por protagonista a un marino sin barco que vive en una pensión de La Rambla cuando se encuentra con una misteriosa mujer... Del arcabuzazo que le envía a tres críticos literarios en El sol de Breda dijo con sonrisa lobuna que los nombres son una coincidencia y que le pidan cuentas a Quevedo.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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