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Chantaje a Nestlé en Alemania

Unas palomas mensajeras permiten detener a un extorsionador que exigía 2.100 millones de pesetas en diamantes

Pilar Bonet

La filial de la compañía Nestlé en Alemania anunció ayer la retirada de una veintena de productos, entre ellos alimentos infantiles y sopas precocinadas, de 44 supermercados del sur del país, en los Estados federales de Baviera y Baden-Wurtemberg, para comprobar si están envenenados, tal como aseguraron el lunes unos chantajistas que desde el pasado septiembre amenazan a la compañía.Un portavoz de la empresa informó a esta corresponsal de que la medida era preventiva y que hasta el momento no se habían detectado pruebas de que los alimentos retirados estuvieran envenenados. En las pasadas semanas, sin embargo, los chantajistas colocaron pequeñas dosis de pesticidas en alimentos de Nestlé.

En aquellos casos, los productos afectados tenían algún detalle llamativo que permitía reconocerlos como manipulados y pudieron, por ello, ser retirados rápidamente de las estanterías. La policía alemana informó ayer en Francfort que en algunos casos los productos envenenados iban marcados con una calavera y dos tibias cruzadas.

Esta vez, sin embargo, los chantajistas, que piden varios millones de marcos, no han dado pistas para identificar los comestibles envenenados, que serían un total de cinco productos de una lista de 20 artículos diferentes producidos por Nestlé o por sus filiales. La lista comprende desde los yogures de vainilla hasta el té de limón, pasando por galletas de manzana, canela y chocolate, Nescafé Gold, los paquetes de Nesquik, los zumos de fruta de la marca Alete, sopas de champiñones Maggi y salsas y mostazas de la marca Thomy.

La empresa alimentaria ha pedido a los clientes de los supermercados afectados que se fijen si los envoltorios de los productos son normales o presentan síntomas de haber sido manipulados y que entreguen los alimentos sospechosos a la policía. Asimismo, Nestlé ha anunciado una recompensa de un millón de marcos por la captura del chantajista o chantajistas. En el land de Baden-Wurtemberg, 100 funcionarios retiraron ayer 29 productos sospechosos.

Por otra parte, la policía alemana anunció ayer en Francfort que había detenido a otro supuesto chantajista en un antiguo caso contra la marca Thomy, la filial de Nestlé también afectada en el incidente de esta semana. Según las fuentes policiales, el detenido es Alexandru Nemeth, un alemán de origen rumano que habría utilizado palomas mensajeras en el intento de cobrar 25 millones de marcos (unos 2.100 millones de pesetas), que quería percibir en forma de diamantes en bruto. El supuesto chantajista habría colocado pequeñas cantidades de sal de ácido cianhídrico en productos alimenticios Thomy. Sin embargo, en lugar de enviarle los diamantes, utilizando para ello las palomas mensajeras de Nemeth, la policía optó por otra vía y, en colaboración con Nestlé, colocó aparentemente un detector de radio en las palomas, que permitió seguir su rastro hasta su propietario. El presidente de la policía alemana, Wolfhard Hoffmann, que no desmintió ayer la noticia, manifestó que en ningún momento los diamantes estuvieron en el aire. Las palomas dieron varias vueltas sobre el pequeño jardín de Nemeth, situado en una zona de Francfort con jardines colectivos, y la policía le detuvo al día siguiente en su vivienda. Aparentemente, los cómplices de Nemeth están todavía en libertad. A Nemeth se le acusa de un caso que tiene sus orígenes en 1996, y en aquella ocasión la policía retiró 25 productos envenenados de los supermercados alemanes. Además, los chantajistas repartieron golosinas de Nestlé envenenadas a 16 destinatarios distintos, algunos de los cuales comieron los productos, sin registrar por ello problemas de salud. Los supuestos chantajistas realizaron dos acciones más con previo aviso, sin que la policía, que interceptó los casos, informara de ellos a la opinión pública.

Con relativa frecuencia, las empresas alemanas son víctimas de chantajistas que esperan provocar el pánico con sus amenazas, pero que por lo general mantienen una postura ambigua, dando pistas que permiten detectar los alimentos manipulados antes de que éstos sean ingeridos por los consumidores. En diciembre de 1996, dos alemanes de origen bávaro trataron de obtener seis millones de marcos de la cadena de supermercados Metro, con la amenaza de "consecuencias desagradables", y fueron detenidos cuando trataban de cobrar la suma pedida.

En enero de 1997, un empresario de Cottbus dejó dos botellas de zumo concentrado de limón aparentemente envenenado en sendos supermercados, uno de Trepkow y otro de Berlín, con la esperanza de sacarles 3,4 millones de marcos (285 millones de pesetas) a las dos cadenas propietarias. En febrero del mismo año fue la cadena de supermercados Aldi la que fue chantajeada por dos empleados

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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