Malestar

Leo con cierto malestar el artículo que con la firma de Miguel González y titulado Arrestados tres pilotos militares en excedencia publica EL PAÍS de 22 de octubre. Considero lógico que habiendo oído sólo a una de las partes la versión de los hechos sea realmente tendenciosa; no obstante, dada la trayectoria de imparcialidad nunca desmentida de su periódico y en mi calidad de abogado de uno de los pilotos expedientados, quiero puntualizar alguna de las aseveraciones de la versión "oficial".Ante todo se hace preciso denunciar la falta de respeto a la intimidad personal que supone la divulgación de unos expedientes y sanciones disciplinarias que, por exigencia legal, tienen carácter de confidenciales. El hecho de que en el artículo periodístico que estamos comentando no aparezcan nombres en nada desvirtúa la anterior denuncia, por cuanto de una parte es sobradamente conocida la difusión de EL PAÍS en los acuartelamientos, y en el ámbito de las Fuerzas Armadas todo el mundo se conoce.

Pasa a la página siguiente

Viene de la página anterior

El manido argumento del coste de formación de un piloto militar como justificación de la ineptitud de los responsables de la política de personal que no son capaces de incentivar la permanencia en activo de los pilotos militares no resiste el mínimo análisis:

-Las cifras de 118 millones y 200 millones de pesetas que gratuita y tendenciosamente se exponen a la luz pública como costo de formación de un piloto de transporte y de combate han de ser acreditadas; basta compararlas con el costo de formación de pilotos en una escuela privada para observar que viene a ser una cantidad muy inferior y similar a la que le cuesta a la sociedad formar ingenieros, médicos o cualquier titulado universitario que paga por su matrícula solamente un precio político, sin que esta circunstancia suponga cortapisa o limitación alguna al derecho a la libre elección de profesión, consagrado en nuestra Constitución.

-Por otra parte, ¿no es más razonable que un piloto devuelva a la sociedad el costo de su formación siquiera sea prestando servicios a una línea aérea explotada por una empresa pública que dedicar su tiempo a vegetar en una oficina, despilfarrando esa al parecer tan cara formación, porque el Ejército del Aire tenga excedente de pilotos?

Lo que no es admisible en modo alguno es privar de su libertad a un ciudadano imputándole la falta disciplinaria grave de no haber solicitado el reconocimiento de compatibilidad entre una actividad privada y una pública, cuando se encuentra en excedencia y ni presta servicio alguno ni recibe remuneración.-