La Cámara de Valencia estudia cómo recuperar el balneario de La Alameda
Pocos de los valencianos más jóvenes -y tampoco muchos ya entrados en años- saben que la ciudad de Valencia cuenta con una estación termal cuyas aguas fueron utilizadas durante décadas, mediante baños e inhalaciones, para fines terapéuticos, especialmente para paliar problemas reumáticos, respiratorios y de la piel. Se trata del balneario de la Alameda, ubicado en un bello edificio, protegido por su valor arquitectónico, que fue cerrado en el año 1981 porque amenazaba ruina. La existencia del manantial de aguas termales fue descubierta por casualidad en el año 1918: la prospección petrolífera que se realizaba no hizo brotar el preciado líquido negro, sino agua a 43 grados centígrados. Ahora se pretende recuperar para la ciudad estas instalaciones, de titularidad municipal, como una posibilidad más de la oferta turística. A tal fin la comisión de Turismo de la Cámara de Comercio de Valencia está estudiando las posibilidades de recuperar el antiguo balneario. Hace ya años que el Ayuntamiento estudia la reapertura del balneario. Cuando la derecha accedió a la alcaldía, en 1991, el entonces concejal regionalista Vicente González Lizondo incluyó el proyecto entre sus prioridades, e incluso estuvo a punto de salir a concurso la recuperación de las instalaciones termales. Miguel Ángel Fernández Torán, presidente de la Asociación Valenciana de Estaciones Termales, expuso hace unas semanas ante la comisión de Turismo de la Cámara de Comercio, a la que pertenece, la posición de este colectivo en torno a la recuperación del balneario. El asunto salió a relucir de nuevo en otra reunión de la citada comisión cameral a la que asistió el primer teniente de alcalde de Valencia, Alfonso Grau. Éste explicó que el actual gobierno municipal quiere ir más allá: la alcaldesa, Rita Barberá, propone una operación que incluiría la construcción de un hotel. Del debate surgió la idea de que la Cámara de Comercio hiciera llegar al Ayuntamiento un informe sobre el asunto, que ahora está elaborando la mencionada asociación. La asociación no cree conveniente ligar la recuperación del balneario a la construcción de un hotel en las mismas instalaciones. En primer lugar por falta de espacio: los 7.000 metros cuadrados que suma el edificio no son suficientes para albergar las dos actividades. Además, según la asociación, el balneario debería dar servicio no sólo a toda la ciudadanía, sino también a la clientela de todos los hoteles de la ciudad. Esta postura choca con el interés privatizador de la derecha municipal. El balneario daría servicio al parque hotelero ya existente, según la asociación, que considera que la propuesta del Ayuntamiento beneficiaría sólo a un hotel.
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