Claudio Díaz presenta en Sevilla sus lienzos llenos de "emoción contenida"

Claudio Díaz (Sevilla, 1939) lleva al lienzo lo que el define como "emoción contenida". Sus pinturas, englobadas dentro del llamado realismo lírico sevillano que encabeza Carmen Laffón, no se veían en Sevilla desde 1992, fecha en la que realizó su última individual en la ciudad. Claudio Díaz ha vuelto con sus colores sugerentes y formas veladas. El artista inauguró ayer una exposición en la galería Ventana Abierta. Son bodegones en los que el pintor retrata objetos cotidianos como botes de limpieza, frutas, flores o cerámica.

El artista, que en 1984 decidió volver de Madrid a Sevilla, presenta en esta muestra 17 óleos sobre lienzo que están fechados en los últimos tres años. La exposición estará abierta hasta el próximo 11 de diciembre. "Sevilla es una ciudad difícil para el arte. Si has vivido fuera y decides volver es por un problema de afectividad. La luz es uno de los pros que tiene la ciudad, pero la falta de mercado es un gran contra", comenta el artista que trabaja en su estudio de Mairena del Alcor (Sevilla) pero mantiene una intensa relación profesional con Madrid. El artista retrata en sus bodegones objetos simples llenos, como el mismo dice, "de una emoción contenida que no es demasiado evidente". En la pintura de Díaz no hay estridencias, ni en las formas, ni en los colores. "Con estas últimas obras he pretendido retomar la rotundidad del objeto, volver a una temática que ya había tocado en los años setenta pero hacerlo ahora con más frescura", dice el artista. A Claudio Díaz siempre le han colgado la etiqueta de realismo lírico pero él no se siente cómodo con ninguna etiqueta. "Me molesta que a los artistas se les dé importancia dependiendo de que formen parte de un grupo u otro. La categoría está siempre en función de la calidad de la obra, no del grupo al que pertenezcas. La pintura no es buena o mala por el hecho de ser figurativa o conceptual", asegura el artista. Claudio Díaz, que se confiesa un pintor muy lento, siempre se ha mantenido fiel a un mismo estilo, sin importarle las modas. "La pintura tiene su propia ley, otra cosa es lo que marque el mercado y la sociedad en cada momento", añade.