Victòria Combalia desvela en un libro las complicidades e influencias de Picasso y Miró
La crítica de arte Victòria Combalia presentó ayer en el Museo Picasso de Barcelona el libro Picasso-Miró. Miradas cruzadas, publicado por Electa. Tras cuatro años de intensa investigación, la autora ha puesto de manifiesto aspectos inéditos de las influencias artísticas entre ambos genios del arte del siglo XX y también de su relación de amistad respetuosa. El acto fue presentado por Maite Ocaña, directora del Museo Picasso, y el historiador del arte José Milicua, según el cual el principal valor de la obra de Combalia reside "en haber realizado un trabajo de análisis objetivo que de manera científica establece un paralelismo entre ambos autores". El editor del libro, Alexandro Benuzzi, lanzó la difícil propuesta de realizar una exposición basada en los presupuestos de este libro para confrontar la obra de Miró y Picasso. Una de las aportaciones destacadas del libro, según su autora, consiste en que muestra que no sólo Miró, 11 años más joven que Picasso y por tanto más alumno que maestro, recibió la influencia de Picasso, sino que éste, sobre todo en el periodo comprendido entre los años 1926 y 1932, se dejó tentar por numerosas tendencias estilísticas de Miró. Miró, por su parte, estuvo enormemente influido en sus inicios por el cubismo de Picasso, y también -ésta es una de las aportaciones inéditas del libro- obras como su famosa serie Constelaciones, realizada en 1941. Gracias a las investigaciones de Combalia, puede comprobarse que esta serie recibió la influencia de las ilustraciones realizadas por Picasso para La obra maestra en 1926. El libro pretende, según su autora, "enlazar con una intencionalidad amena los aspectos más anecdóticos y familiares de la relación de los artistas, con elementos más de historiografía y crítica de arte". También contiene un conjunto de ilustraciones que potencian el contraste de la pintura de los artistas. Según Combalia, su relación siempre fue afectuosa y con el tiempo el mutuo respeto, un poco distante, se volvió más afectuoso. El hecho de que la relación entre ambos autores no haya sido estudiada en profundidad se debe al "respeto que inspira enfrentarse con artistas de esta talla", comentó la autora. Uno de los hallazgos del trabajo ha sido la comprobación de que existen grandes lagunas en el estudio de Miró, sobre todo en el aspecto más agresivo de su obra. Combalia también destacó la coincidencia de que en un determinado periodo los dos pintaran mujeres de expresión monstruosa, aunque su relación con ellas fue muy distinta. Se cuenta que, en un encuentro entre ambos, Picasso exclamó al ver a Miró: "Pero ¿todavía vas con la misma mujer?".
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