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TEATRO

El director Gaspar Cano lleva a escena un Cervantes poco conocido

El último texto teatral que escribió Cervantes relata las aventuras de un pícaro y su azarosa vida. Pedro de Urdemalas, título de esta comedia, es una de las obras menos representadas de este autor. El director y actor Gaspar Cano ha querido llevarla a escena consciente de que asume un reto y un riesgo. "Se trata de enfrentarse a un texto dramático muy distinto a las obras del Siglo de Oro. Cervantes investiga en la mezcla de estilos y crea aquí una nueva estructura de comedia", explica Cano.

Para Cano, que con este montaje se enfrenta por primera vez a un texto de Cervantes, Pedro de Urdemalas está más cerca de la obra de Valle-Inclán o Pirandello que de Lope de Vega. "Cervantes investiga en la búsqueda de otro estilo. La obra no tiene una estructura lineal, sino que son distintos cuentecitos que se mezclan. Cervantes pide un esfuerzo de atención al público, no es un teatro para adormecer a las masas", declara Cano, para el que la mayor dificultad del montaje está precisamente en cerrar bien todas estas historias "para que el público no se despiste"."La obra no tiene nada que ver con esas comedias en las que el rey es el bueno. Aquí hay distintos personajes con su espíritu y su estómago. Cervantes les trata como seres humanos. Toda la función es teatro dentro del teatro", apunta Cano, que, además de dirigir el espectáculo, también encarna al protagonista de éste, Pedro de Urdemalas.

"Pedro de Urdemalas es un pícaro entroncado con la tradición de los bufones de la Comedia del Arte. Es un personaje que busca vivir con su propia moralidad. Es capaz de arreglar un conflicto amoroso, engañar a un rico para comprar vestidos a una mujer guapa o engañar a un campesino para robar dos gallinas", explica este director, que asegura que encarnar este personaje cervantino supone todo un placer para un actor.

"Es un tipo que pasa por muchos estados y al actor le permite difrutar de todos esos estados: íntimos, falsos, verdaderos. Permite a una actor desplegar todo lo que tiene", explica Cano, que añade: "He procurado no estereotipar al personaje. La picaresca también tiene una escala de valores, con su ética y su moral", opina Cano, que, tras enzarzarse con esta obra, estrenada en el pasado Festival de Almagro, reconoce que ha descubierto a Cervantes.

Los 26 personajes que aparecen en el texto de Cervantes están representados ahora por 13 actores. Intervienen en la función también tres músicos. Para la puesta en escena, Cano ha huido del "color pardo" con el que siempre se envuelven las obras de Cervantes. "Lo primero que hemos hecho ha sido olvidarnos de toda la iconografía cervantina. Aunque toda la obra transcurre en el campo, es muy mediterránea,huele mucho a mar, es colorista", explica el director.

Pedro de Urdemalas. En el Círculo de Bellas Artes (Marqués de Casa Riera, 2. Metro Banco), hasta el 15 de noviembre, a las 21.00.

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