El Gobierno regional "coloniza" el sur del sur con 17.000 nuevas viviendas

Madrid - 09 nov 1998 - 00:00CET

La Consejería de Obras Públicas plantará durante 1999 la semilla para construir otras 18.320 nuevas viviendas en la Comunidad. De ellas, 17.000 se ubicarán en la segunda corona del sur con una inversión de 31.200 millones.La fórmula elegida por el consejero Luis Eduardo Cortés (PP) para multiplicar la oferta inmobiliaria es la de los consorcios urbanísticos, entidades de gestión participadas al 50% por la Administración regional y el Ayuntamiento correspondiente. Las cuatro operaciones urbanísticas previstas en el proyecto de presupuestos regionales de 1999 se sitúan en Móstoles, Parla, Humanes (460 hectáreas que serán recalificadas en el sur del sur) y El Escorial (58 hectáreas).

El impulso que el Ejecutivo regional proyecta dar al sistema del consorcio urbanístico, que idearon los anteriores gobernantes socialistas, es decidido y, sobre todo, muy voluminoso. Esas 518 hectáreas que ya se han planificado en cuatro municipios madrileños significan un incremento del 36% en este tipo de actuaciones, que hasta ahora se extendían por un total de 1.420 hectáreas en distintas localidades de la región.

Esta fórmula de colaboración urbanística entre administraciones, desechada por el Ayuntamiento de Madrid para los nuevos barrios, ha funcionado de manera satisfactoria en Getafe y Leganés Norte, Parla, o Loranca, en Fuenlabrada, y se desarrollan sin problemas en polígonos como Valdelasfuentes, en Alcobendas, o Moscatelares, en San Sebastián de los Reyes.

El impulso a la política de consorcios implica extender el ejemplo más allá de la primera periferia en torno a Madrid, como había venido sucediendo hasta ahora. A partir de este momento, la Comunidad y los ayuntamientos "ponen la máquina del urbanismo en marcha", según la expresión de Cortés, a una distancia de entre 20 y 30 kilómetros de la capital. La otra gran novedad es de carácter político: por primera vez, una localidad con la alcaldía en manos del PP, la de El Escorial, accede a desarrollar una operación urbanística mediante la fórmula del consorcio.

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Cuadruplicar la población

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Estos proyectos se desarrollarán durante los próximos seis u ocho años para evitar una súbita avalancha de nuevas edificaciones. Los cambios en los municipios serán muy relevantes.El caso más espectacular es el de Humanes de Madrid (8.370 habitantes), que puede casi cuadruplicar su población con los 6.000 pisos (18.000 nuevos vecinos) que servirán para enlazar el actual casco urbano con la futura estación de cercanías.

Móstoles sobrepasará con creces el listón de los 215.000 vecinos -ahora está en 196.500-, Parla sumará 18.000 a los casi 70.000 de la actualidad y El Escorial anotará un 50% más a los 8.500 de hoy día.

En mayor o menor medida, las cuatro poblaciones están abocadas a un drástico cambio de aspecto. De las 18.320 nuevas residencias que se avecinan, algo más de la mitad serán protegidas, un pequeño porcentaje las desarrollará el Ivima y el resto -en torno al 40%- quedará para el mercado de la vivienda libre.

Este proyecto dista mucho de satisfacer a los grupos de la oposición en la Asamblea de Madrid. El portavoz del PSOE en asuntos urbanísticos, Fernando Abad, tachó de "auténtico disparate" la política que se ha trazado Cortés durante toda la legislatura. "El PP, el partido que preconizaba la liberalización del suelo, se ha erigido ahora en el primer promotor urbanístico de la región", señaló. Y agregó: "Cortés encarga estos trabajos a Arpegio, la empresa autónoma que se creó para el desarrollo industrial, y además reserva un porcentaje desorbitado para vivienda libre".

Entonces, ¿por qué los ayuntamientos socialistas han sido los primeros en entrar en el juego? "Porque éste, en el fondo, es un juego perverso", respondió el parlamentario socialista: "Después del desmadre de Madrid capital, con más de 300.000 viviendas nuevas en suelo recalificado, a ver quién es el guapo que le dice ahora a Alcorcón, a Leganés o al municipio equis que no recalifique".

El portavoz adjunto de Izquierda Unida, Juan Ramón Sanz, calificó los planes de expansión urbanística que maneja el Ejecutivo como un "berenjenal desaforado", y añadió argumentos a la tesis del juego perverso. "Detrás de estas operaciones siempre está la financiación de las haciendas locales. El urbanismo es la escapatoria para recaudar, aunque los crecimientos no se correspondan con las necesidades de los municipios", aseguró. Y dijo aún más: "Aquí sólo impera la lógica de campanario. A cada Ayuntamiento se le ocurre una cosa y la Comunidad dice que sí a todo. Se trata de un "sálvese quien pueda" en toda regla, porque aquí no hay reequilibrio de ningún tipo: sólo un destrozo residencial por el norte y unas urbanizaciones grandísimas por el sur".

El consejero Luis Eduardo Cortés no cree, en cambio, que el crecimiento urbano de la región esté siendo tan desmesurado como se desprende de las denuncias de la oposición. "Esto es Europa, éste es un país desarrollado y no se puede impedir que las familias aspiren a mejorar, y los hijos, a emanciparse", proclamó.