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Ni Dios

DE PASADAEl cobrador del frac no visitará Dueñas. La duquesa de Alba ya ha hecho efectivo el pago por el convite de la boda de su hija con el torero Francisco Rivera Ordóñez. Quedó tan satisfecha con el servicio de Rafael Juliá que ha invitado al restaurador sevillano a comer en su palaciega mansión. Juliá tiene la única foto que se hizo de los novios cortando la tarta, un colofón nupcial que estuvo tan en el aire como el templo trianero. Antes de regresar a Madrid, Cayetana de Alba se despidió a su manera de Isla Mágica comiendo en el restaurante mexicano del parque temático. Le resultó muy sencilla la gestión, dado que el jefe de prensa de la ínsula del ocio, Carlos Telmo, es el mismo que se encargó de lidiar el miura de las acreditaciones y de dirigir el tráfico de invitados y fotógrafos en los aledaños de Santa Catalina. Los novios no se perdieron en el exotismo de las Seychelles ni vieron peces de colores en las aguas de las Maldivas. Su isla mágica la encontraron tierra adentro, en la finca que el ganadero Manolo González tiene en Aracena. Miradas fortuitas los vieron degustar las especialidades cárnicas de la Despensa de José Vicente, santuario gastronómico de la patria de Arias Montano, el hombre que fue tan fiel a su rey, Felipe II, que se murió el mismo año que el monarca de moda. Van trascendiendo algunos detalles del convite, de la Jarana de Gerena. La cosa empezó tarde, tanto que Alejandro Rojas-Marcos no pudo probar bocado porque tenía que oficiar dos bodas civiles ese mismo día en el Ayuntamiento. El viernes iba José Rodríguez de la Borbolla camino del consistorio con similares propósitos. Parafraseando al Berlanga de La escopeta nacional lo que los políticos han unido no lo separa ni Dios. Se avecinan nuevas bodas en la ciudad del bodorrio. Roberto Ríos y José Mari, ambos futbolistas del Athletic de Bilbao que militaron en el Betis, volverán a Sevilla. No los llama Clemente, sino Cupido. El defensa de Portugalete se casará el 2 de julio de 1999 con su novia Leonor en el altar mayor de la Catedral, previa negociación entre el bético Gregorio Conejo y el sevillista Francisco Gil Delgado, chantre del templo catedralicio y canónigo. José Mari se casa el 3 de julio en la iglesia del Salvador, el mismo día que en el mismo escenario contraerá matrimonio el bético Ángel Cuéllar. Los años impares, sin Mundial ni Eurocopa, son ideales para bodas balompédicas.

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