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EL PROCESO DE PAZ

Piqué afirma que el Gobierno no pondrá pegas al interlocutor que elija ETA para el diálogo

Luis R. Aizpeolea

El Gobierno manifestó ayer que no pone condiciones previas ni plazos en la interlocución con ETA, cuya respuesta espera desde que el pasado martes el presidente José María Aznar hizo pública su voluntad de abrir contactos con la banda armada. Así lo dijo ayer el portavoz del Gobierno, Josep Piqué, tras el Consejo de Ministros. Piqué admitió que el comunicado que ETA publicó el jueves, el segundo desde el inicio de la tregua, va dirigido a reclamar al PNV que cumpla lo firmado en la Declaración de Lizarra, y recordó que ese pacto "es incompatible con el marco constitucional y estatutario".

Hace ya más de mes y medio que ETA anunció la tregua indefinida y la banda armada aún no ha manifestado interés alguno en conectar con el Gobierno. Su segundo comunicado, publicado el jueves, insiste en reclamar a los partidos nacionalistas, especialmente al PNV, que cumpla los compromisos firmados en Lizarra (Estella) el pasado 12 de septiembre, en los que se plantean nuevas cotas de soberanía para Euskadi.Ayer, el portavoz del Gobierno lo reconoció así. No obstante, insistió en que el presidente del Ejecutivo sigue aguardando respuesta de la banda terrorista a su oferta de abrir contactos exploratorios para conocer la disposición de ETA a abandonar las armas. "El Gobierno sigue aguardando movimientos de la otra parte", dijo Piqué.

El portavoz del Ejecutivo aclaró que el Gobierno no pone plazos concretos ni condiciones previas sobre quién debe ser el interlocutor que represente a ETA en dichos contactos. Con ello, el Gobierno demuestra que está dispuesto a ceder en su preferencia de que el interlocutor sea alguno de los dirigentes más relevantes de Euskal Herritarrok (EH) si ello sirve para facilitar los contactos con la banda, que es su objetivo prioritario en este momento. Incluso no descarta que los interlocutores sean los presos que la banda designe.

Criterios para el diálogo

"Para acreditar la voluntad de que ETA quiere abandonar las armas, el Gobierno no pone ningún tipo de condiciones respecto a la interlocución de la otra parte", dijo Piqué. Tampoco en los plazos, señaló, aunque el Gobierno ha interiorizado que el silencio de ETA en un plazo dilatado, como son las Navidades, crearía una "situación preocupante" en el Ejecutivo.El portavoz recordó los criterios sobre los que van a pivotar las conversaciones del Gobierno y ETA cuando se produzcan: la paz no tiene contrapartidas políticas; el Ejecutivo va a contar con el consenso de los partidos democráticos y actuará con transparencia. Respecto a esta última cuestión, precisó: "Se va a dar a conocer a la opinión pública los pasos que se vayan dando, pero eso no significa que se utilicen luz y taquígrafos en el desarrollo concreto del proceso".

Piqué cree que el segundo comunicado de ETA, publicado el jueves, deja las cosas como estaban. El portavoz eludió cualquier comentario sobre la insatisfacción que su contenido ha producido en el Gobierno al no responder a la voluntad de Aznar de abrir conversaciones ni a la petición del Ejecutivo de que ETA deje definitivamente las armas. "No aporta ninguna novedad relevante ni elemento novedoso que permita cambiar la posición del Gobierno".

El comunicado de ETA está fechado dos días antes de que Aznar hiciera pública su oferta.Esto permitió decir ayer a Piqué: "(El comunicado) no introduce un cambio en el análisis que ha llevado al presidente del Gobierno a autorizar los contactos el pasado martes. Seguimos a la espera de movimientos de la otra parte", insistió el portavoz, que apuntó que el objetivo del Gobierno con los contactos es conocer directamente las pretensiones de ETA y su disposición a abandonar las armas.

El ministro del Interior, Jaime Mayor, abundó ayer en esta cuestión y dio un paso más en la descalificación del comunicado de la banda. "A ETA se le juzga por sus acciones. No por sus comunicados, que también tienen relevancia", dijo. El ministro sugirió que, al margen del comunicado, al Gobierno le consta que ETA ha aceptado los resultados electorales. "Si ETA no hubiese aceptado el resultado, el Gobierno no hubiera decidido abrir los contactos" con la banda.

El Gobierno admitió que el escrito va dirigido a los partidos nacionalistas, especialmente al PNV. "Los emplazados en el comunicado son los partidos nacionalistas. No ha sido precisamente el Gobierno", señaló Piqué en referencia a la reclamación que hace ETA a éstos para que cumplan los compromisos de Estella que suscribieron conjuntamente, con el aval de ETA, cuatro días antes de hacerse pública la tregua de la banda.

Precisamente, la cuestión está ahora sobre la mesa en la ronda de conversaciones que Juan José Ibarretxe, candidato a lehendakari por el PNV, ha iniciado con los partidos vascos para formar el Gobierno autónomo. El PP ya ha adelantado que exige el rechazo de la "vía de Estella" para entrar en el Ejecutivo vasco.

El portavoz del Gobierno advirtió que la Declaración de Estella -suscrita por el PNV, Eusko Alkartasuna (EA), Euskal Herritarrok (EH) e Izquierda Unida (IU)- "no es compatible con el marco constitucional y estatutario, que es el que el Gobierno cree adecuado para afrontar el futuro". La Declaración de Estella sugiere que los partidos del ámbito vasco decidan la soberanía de Euskadi.

Piqué no quiso pronunciarse sobre las consecuencias que la continuidad del PNV por la "vía de Estella" acarrearía en las relaciones de su socio parlamentario con el Gobierno del PP. "No me pidan que haga futuribles sobre futuros escenarios", dijo.

Pero el portavoz sí se permitió un consejo al PNV. "La coincidencia con el Gobierno en seguir por el marco constitucional y estatutario es la mejor manera de seguir construyendo el futuro".

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