Villalobos derribará una barriada de Málaga convertida en un fortín para el tráfico de drogas

El Ayuntamiento de Málaga, gobernado por la popular Celia Villalobos, tiene ya luz verde para acometer una de las actuaciones urbanísticas más ambiciosas de la legislatura en materia social: la demolición de la barriada de García Grana, un núcleo de 11 bloques de cinco plantas en las inmediaciones del antiguo matadero municipal cuyo deterioro y ordenación interna le habían convertido en un lugar casi cerrado y uno de los principales núcleos del tráfico de drogas en la ciudad. La actuación necesitará de un gasto de casi 4.500 millones de pesetas.

La barriada de García Grana, conocida también como 4 de Diciembre, se levantó en los años 50 para realojar a unas 500 familias que se quedaron sin vivienda a consecuencia de unas riadas ocurridas en esa década en Málaga. La zona, rodeada de barrios obreros, ha sufrido un gran deterioro en los últimos 40 años. Se trata de inmuebles con pisos de entre 40 y 50 metros cuadrados, con instalaciones eléctricas muy defectuosas, pilares y cornisas en mal estado, así como grietas en la mayoría de las fachadas. Un informe municipal revela que casi un 60% de la fontanería y los bajantes están ya descompuestos debido a su antigüedad, lo que provoca un alto grado de humedad en las casas. En estas viviendas habitan en la actualidad 1.658 personas, en su mayoría pertenecientes a familias de escaso poder adquisitivo que viven en régimen de alquiler. La inseguridad ciudadana, especialmente debida al tráfico de drogas, y la escasez de equipamientos sociales son algunas de las características de la barriada. Colindante a los inmuebles, por la zona este, se encuentra el antiguo matadero municipal, y por el este, se ubica la anterior prisión provincial. La barriada se ha convertido en una zona casi cerrada, "por donde nadie de la ciudad pasa", según se relata en un informe municipal. El plan que se va a acometer contempla la demolición de las 500 viviendas y la edificación sobre estos terrenos de seis nuevos inmuebles donde se realojarán a los actuales inquilinos. El proyecto está incluido en el convenio que en materia de vivienda firmaron la Consejería de Obras Públicas y el Ayuntamiento de Málaga para el periodo 1996-1999. La Administración autonómica sufragará la casi totalidad de la inversión, ya que de los 4.500 millones de pesetas que cuesta, el consistorio sólo aportará 280 para la urbanización de la nueva barriada y los terrenos, valorados en unos 800 millones. La actuación se realizará en cinco fases y la primera de ellas está previsto que se inicie en marzo o abril de 1999. La intención es que los habitantes no salgan de la barriada, por lo que se empezará a construir las nuevas edificaciones y paulatinamente se irán demoliendo los inmuebles. La iniciativa se enmarca en un proyecto más global para todo el entorno de la zona, que incluye también, a largo plazo, la remodelación de la barriada de Los Palomares, igualmente muy deteriorada, y la recuperación para uso social del matadero y la antigua prisión.