Percusores de los sonidos
Jesús Salvador, Àngel Garcia y Pau Ballester nacieron en la comarca de L"Horta y como otros muchos niños valencianos se iniciaron en la música tocando en las bandas de su pueblo. Ahora comparten una alquería ubicada en mitad de la huerta, en Carpesa, que funciona como estudio de los tres componentes del grupo Amores que se conocieron cuando cursaban estudios en el conservatorio. Hoy son los tres profesores del mismo. En la alquería, hay centenares de instrumentos de percusión, algunos con una apariencia de lo más estrafalaria, lo que no es óbice para que de su interior emerjan sonidos de una nitidez sorprendente o que guarden en sus fauces, por concretar, el rumor onírico del mar. Amores es un grupo residente del Palau de la Música de Valencia y una de las más importantes formaciones nacionales y europeas de música contemporánea y en concreto de percusión, como lo demuestra el hecho de que han sido uno de los tres invitados, junto al alemán Percussion Art Quartet y el norteamericano Michel Burrit, a la Percussive Arts Society International Convention 98, que se celebra hoy en la ciudad estadounidense de Orlando. Este será el fin de la gira por EE UU de Amores, que presentará en enero un nuevo CD en el que recopilará lo mejor de su trayectoria con motivo de su décimo aniversario. Uno de los atractivos de esta gira ha sido la presentación en sociedad del nuevo instrumento musical ideado por el compositor valenciano Josep Antoni Orts. Se trata del ortsgan, un ingenio electrónico que produce sonidos acústicos y transforma en progresiones sonoras las evoluciones de las luces del escenario y de las sombras que producen los gestos de los instrumentistas a través de células fotosensibles. Orts, que realizó una exposición en el IVAM con sus instalaciones sonoras, ha escrito la pieza Lux dedicada a Amores y por encargo de la Consejería de Cultura para ser interpretada con el nuevo instrumento. Jesús Salvador, Chapi, destaca las múltiples posibilidades creativas del ortsgan. Como ha sucedido con otros instrumentos, Amores ha incorporado a su repertorio este nuevo ingenio. El grupo está abierto a las innovaciones y todo tipo de instrumentos que puedan ser susceptibles de ser tocados o golpeados. De hecho, en la alquería de Carpesa abundan los de origen africano, que utilizan a menudo en sus actuaciones. "Toda la música viene de la popular y étnica, que es la que más transmite y puede comunicar y así lo demuestran los grupos africanos", dice Chapi. No obstante, el flamenco o el jazz fueron en sus orígenes músicas marginadas, destinadas a un minoría, a un "ghetto", antes de gozar de la buena salud y del prestigio de hoy, recuerda el miembro de Amores. "La música que tocamos nosotros es la de las tribus africanas", añade Chapi, quien destaca que, cada vez más, los compositores "intentan explotar al máximo los instrumentos de percusión porque son muy ricos en ritmo y armonía". Los tres integrantes son, además, solistas y tocan múltiples instrumentos. Chapi está seguro de que la improvisación, elemento nuclear en la música contemporánea, será "un factor fundamental en la música del futuro". "El jazz la ha desarrollado más que nadie", apunta, al tiempo que lamenta el hecho de que el público si no desprecia sí ignora cuanto no sea música clásica. Considera que la música contemporánea, "la buena música", será apreciada paulatinamente, aunque señala también que bajo esa denominación se ocultan numerosos trabajos carentes de interés. Pero insiste en que se trata de una cuestión de educación musical, de aprender a escuchar una música que a menudo es calificada de rara e incomprensible. No en vano, Amores suele organizar sesiones lúdicas y didácticas.
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