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La oposición acusa a Miró de "desmantelar" el estado de bienestar al favorecer al sector privado

Los partidos de la oposición desgranaron ayer una completa y contundente batería de críticas contra el presupuesto de la Consejería de Bienestar Social para 1999, que, en opinión de los representantes del PSPV, EU y NE, supone un "abandono del estado de bienestar", un "auténtico fraude" o el "desmembramiento" de los servicios sociales que tradicionalmente prestaba la Administración. Marcela Miró, la responsable de ese departamento, no es de la misma opinión: defendió la "coherencia y equilibrio" de su proyecto económico, "el de mayor crecimiento en el Consell".

La consejera abrió su comparecencia ante la comisión de Economía de las Cortes con una intervención plúmbea, basada en varios adjetivos - el presupuesto de Bienestar Social es "coherente, ajustado, riguroso y solidario"- y una interminable ristra de cifras, "ya que los números no son discutibles", dijo Miró. Según éstos, el presupuesto de la consejería para 1999 es el que más crece de todos los departamentos de la Generalitat (un 8,4% frente a una media del 7,2%), y aumenta porque el Consell "de Eduardo Zaplana prioriza el gasto social" y sigue profundizando en las políticas destinadas a la tercera edad, las mujeres, las minorías y, en definitiva, a todas las personas desfavorecidas. Por ello, detalló Miró, la Administración valenciana gastará 33.722 millones de pesetas en los servicios sociales públicos, 4.154 en ayudas a la familia y las adopciones, 1.708 en el combate de todo tipo de drogadicciones y 583 en la promoción de la mujer, por citar sólo las partidas más relevantes de un presupuesto de más de 60.000 millones. En casi todas ellas, según la consejera, la Generalitat gastará más recursos que durante el actual ejercicio, aunque el capítulo de inversiones, curiosamente, se rebaje en un 12,3 %. Durante 1998, la disponibilidad de dinero de la Consejería de Bienestar Social también creció, entonces, poco más de un 5%. La oposición no fue tan benévola con el proyecto económico de Miró. Pedro Zamora, representante de Nova Esquerra (NE), replicó el discurso tecnocrático de la consejera diseccionando las cifras y aportando, simultaneámente, su apocalíptica visión de la política social de la Generalitat. Ésta, en su opinión, incide en el "desmembramiento del estado del bienestar desarrollado" por el gobierno presidido por Zaplana. El incremento del gasto dedicado a las transferencias corrientes (8.011 millones, un 12,5% más que en 1998) y de las transferencias de capital (3.308, 13,8) implica un trasvase claro del gasto hacia la iniciativa privada, lo que Zamora traduce como un debilitamiento de los servicios públicos en este sector. El diputado de NE ejemplificó la política social del Consell con dos referencias: el acto para la tercera edad celebrado la semana pasada en Mestalla - "una exaltación de los gobernantes al estilo de las realizadas en el anterior régimen"- y las partidas destinadas a ayudas a los partos múltiples -20 millones- y las dedicadas a combatir la violencia doméstica, sólo 8 millones. "¿Cuál es el problema de la sociedad, los partos múltiples o las agresiones a las mujeres?", inquirió Zamora. Carmen Cana, representante de EU, incidió en los argumentos de Zamora. Recordó que el presupuesto de Miró, al que calificó de "auténtico fraude económico, político y social", "sólo representa" el 5.34% de los gastos del Consell e insiste en desarrollar un política "clientelar", aquella que externaliza los servicios tradicionalmente prestados por la Generalitat. Lourdes Alonso, diputada socialista, desgranó los artificios contables que permiten maquillar unas previsiones económicas que certifican "el abandono de las responsabilidades públicas" y una traición a los "derechos sociales". Todo esto, dijo Alonso, "merced al fundamentalismo neoliberal que trabaja por y para el mercado". La representante del PSPV atacó con dureza dos de los pilares de la política de Miró: el bonocheque -el sistema por el que el Consell favorece que los ancianos escojan el centro de la tercera edad en el que quieren residir- y el pago a las amas de casa con personas de la tercera edad a su cargo. "¿Cuál es la cobertura real de estos programas?", preguntó Alonso. UV crítica a García Antón La consejera rechazó de plano todas estas críticas, porque el "gobierno de Zaplana ha hecho una apuesta importante por garantizar la sociedad de bienestar" mediante una política de "solidaridad y redistribución de la riqueza". Miró, al final de su intervención, insistió: "Comprendo que es muy difícil para la oposición criticar un presupuesto como éste, probablemente, el mayor y de mayor crecimiento en la historia" del gobierno valenciano. Poco después, el consejero de Obras Públicas, José Ramón García Antón afirmó, informa Efe, que los presupuestos de su departamento para 1999 confirman, "un año más", que "con una porción muy pequeña de gasto corriente se gestiona cerca de la mitad de toda la inversión de la Generalitat". La oposición aseguró que los presupuestos son "virtuales", mientras que UV, tras comparar la Ciutat Vella de Valencia con Sarajevo, criticó el funcionamiento del Plan Riva, y pidió que se haga "algo importante" para paliar esta situación.

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