Fábulas contra el integrismo

"Un pastor, un sacerdote y un rabino se embarcan en una larga discusión sobre sus religiones. Se les aparece un ángel y pide a cada uno que formule un solo deseo. El pastor pide que elimine a todos los católicos. El sacerdote, que elimine a los protestantes. Al ver que el rabino se calla, el ángel le pregunta por su deseo. Éste le responde: "Me basta con que satisfaga al pastor y al sacerdote". Con esta historia, el teólogo Shafique Keshavjee (Kenia, 1955) inició ayer en Barcelona la presentación de su libro El rey, el sabio y el bufón, que Editorial Destino ha publicado en castellano y en catalán. Keshavjee es amante de las historias y los cuentos como forma de explicar realidades profundas. Por este motivo, su libro es una gran fábula: a petición de un rey preocupado por la ausencia de religión en su pueblo, representantes de las diferentes religiones se enzarzan en un torneo que pretende determinar cuál de ellas es la mejor. Con esta sencilla fórmula, el autor intenta explicar de forma clara las bases de cada credo y, al mismo tiempo, poner de manifiesto la importancia del diálogo para el respeto mutuo. En el libro, el autor recuerda los pecados históricos de las distintas religiones y cada competidor se deja influir por las explicaciones del resto. "El antisemitismo puede repetirse, existen conflictos entre musulmanes y judíos, la situación en Palestina demuestra que las cosas no están resueltas. Continuamente muere gente asesinada por razones de fe. Si he escrito el libro es porque soy consciente de que todo lo que ha ocurrido en el pasado puede repetirse. La fragilidad en que hoy nos encontramos se debe a que hay problemas de diálogo", dijo el autor para explicar el objetivo de El rey, el sabio y el bufón. Lo afirmó en un acto celebrado en el Instituto Francés de Barcelona al que asistieron, como invitados especiales de una concurrida fila cero, representantes de diferentes religiones que conviven en la ciudad. "Le agradezco su libro porque en España existe un gran desconocimiento de lo que es el judaísmo", le dijo al autor uno de los asistentes. El agradecimiento se repitió entre la mayoría de los representantes de las diferentes comunidades religiosas. Keshavjee alentó a los presentes a tratar de entenderse entre sí y advirtió: "El diálogo interreligioso sólo es posible si se da a su vez dentro de cada religión". Fiel a su línea pedagógica, agradeció los elogios recibidos con una fábula en la que un rabino al borde de la muerte se rebela contra los amigos que se acercan a despedirse entre alabanzas porque nadie menciona su humildad.