_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

"Tetrabriks" del pasado

PACO MARISCAL Sin viento no se alborota el mar, y sin zumos en tetrabriks con la fecha de caducidad pasada le faltaba algo a la fiesta en Mestalla del jueves 29, cuando el Discovery. El viernes 30 el viento desaliñado y el zumo pasado de fecha estuvieron en las Cortes Valencianas. Ese viento torpe sopló por donde el uso del dinero público, que hace el gobierno autonómico con una finalidad más que menos partidista y electoralista. El viernes le exigía la portavoz de Esquerra Unida al presidente Eduardo Zaplana una explicación sobre el origen de la lista de invitados al estadio para asistir al destartalado espectáculo, y le recordaba ese tinte partidista y electoralista de ciertos festivales carnavalescos, que no otra cosa fue la mascarada política, organizada por una determinada comparsa, y que tuvo sus cantes, bailes, bulliciosos regocijos y tetrabriks de fecha caduca. A la misma velocidad con que el combustible líquido como el zumo puso en órbita el Discovery, nuestro Presidente autonómico saltó en el hemiciclo y evocó actuaciones similares a la del Mestalla, llevadas a cabo hace como un lustro, y citó otros pagos o subvenciones poco claras de la anterior Administración socialdemócrata. Viento, mar, alboroto, dinero público tetrabrik. Porque el alboroto viene teniendo siempre entre los responsables del Partido Popular la misma música: quienes nos precedieron los hicieron también mal, o el "vosotros, también". Y la sinfonía la repiten en las Cortes generales y en las otras, en consistorios municipales y debates en el villorrio. Es como el Bolero de Ravel, pero con notas desafinadas y mezquinas. Porque ya supimos, hace casi un lustro, que fletar autobuses para trasladar a jóvenes y adolescentes a la plaza de toros para asistir a un concierto de música moderna, que era también mitin y parlamento de Joan Lerma y Garzón, puede convertirse en pitorreo juvenil y guasa de adolescentes. Pero tal proceder en absoluto justifica el proceder de ahora que multiplica por dos o por tres en el Mestalla lo injustificable realizado en la plaza de toros. Es la verdad de Agamenón y del porquero: la mancha de la mora con otra verde se quita, y no con una madura, pasada de fecha y de mayor dimensión. Obnubilada, quizás, nuestra derecha por encuestas y electoralismo que la afiance en el poder, justifica la ceguera señalando al que le falta la visión en un ojo. Pero el carnaval del Mestalla no tiene justificación alguna. Además, los desafinados compases del "vosotros, también", que se sintonizan de forma sistemática donde el Partido Popular, carecen, algo más que un pelín, de estética y buen gusto político: los votantes soberanos y libres ya le pasaron factura democrática a los socialistas y a la izquierda en general, y a lo mejor éstos ya sacaron la enseñanza del error; el PP alcanzó también de forma democrática el poder en Madrid y en Valencia, aunque no aprendió del adversario como recomiendan los clásicos. Y ahora no tropieza con la misma piedra, sino con otra más grande y rociada con zumos en tetrabriks caducos y pasados.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_