Un espectáculo para todos los públicos
"Esto es como Woodstock, pero la tercera edad", dijo ayer en Washinton Guy Mayer, de 71 años, aludiendo al regreso al espacio de John Glenn. Mayer, un ex directivo de una empresa de seguros que comenzó hace seis años una nueva carrera profesional, está entusiasmado con la aventura de Glenn, en la que encuentra paralelismos. "Siempre es posible volver a empezar, la edad no cuenta, lo que cuenta es la voluntad".
Si es cierto que los norteamericanos de edad se lo están pasando en grande con Glenn, que está demostrando que es un septuagenario con "lo que hay que tener", el espectáculo del Discovery es también para todos los públicos. Decenas de millones de norteamericanos lo siguen con una intensidad e ilusión desconocidas desde hacía años. Ayer solo la celebración de Halloween competía con Glenn. "Lo necesitábamos", dice Tom Shales, crítico de televisión del Washington Post. "Este país necesitaba algo como esto, algo que le hiciera sentirse otra vez joven y lleno de energía".
Desde que el miércoles el Discovery salió como una bala envuelta en llamas hacia el cielo, es showtime, la hora de la diversión.
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