El Madrid confirma su pegada
El equipo de Hiddink golea tranquilamente a un ingenuo y entusiasta Extremadura
El entusiasmo del Extremadura no pudo con la pegada del Madrid, que reprodujo sus partidos anteriores fuera de Chamartín, pero con una circunstancia novedosa: esta vez no se vio apurado en ningún momento. Cada uno de sus ataques fue un directo al hígado del Extremadura, que pagó sus numerosas carencias. Su defensa estuvo desatenta en el primer gol, el portero se equivocó gravemente en el segundo y Pedro José cometió una imprudencia decisiva en el tercero. El cuarto fue otra cosa, una obra de arte de Suker, que también protagonizó el quinto en una gran cuerda de regates.El Madrid salió con un gol del vestuario, una ventaja considerable para contener a un rival que se sintió desarmado. Si el Extremadura pretendía un encuentro fogoso, desagradable para el Madrid, se encontró de salida en una situación demasiado adversa. El gol de Jarni acentuó las diferencias entre los dos equipos, a pesar de algunas dudas iniciales en los defensas madridistas. Cada cual reventó la pelota en los momentos de apremio, más que nada por el qué dirán. Evidentemente, había instrucciones en este sentido. Esa línea abrupta no casa bien con el estilo que se espera de este equipo, pero se vivía bajo el síndrome del error y había que desactivarlo.
EXTREMADURA 1 - REAL MADRID 5
Extremadura; Gaspercic; Óscar, Félix (Toni Velamazán, m.65), Kalla, David; Pedro José (Duré, m.46), Toril, Belenguer, Soto; Manuel y Gabrich.Real Madrid: Illgner; Panucci, Hierro, Iván Campo, Roberto Carlos; Seedorf, Redondo, Raúl, Jarni (Guti, m.67); Savio (Sanz, m.83) y Morientes (Suker, m.56). Goles: 0-1. M.2. Jarni engancha un gran zurdazo tras recibir un saque de córner. 0-2. M.20. Savio aprovecha un saque de banda de Roberto Carlos para cabecear. 0-3. M.36. Manotazo de Pedro José en el área. El penalti lo transforma Hierro. 0-4. M.60. Magistal vaselina de Suker. 1-4. M.67. Duré se impone a Iván Campo y cruza un buen disparo. 1-5. M.90. Suker regatea a tres defensores y cede el balón a Seedorf, que marca. Árbitro: Fernández Marín. Amonestó a Félix, Redondo e Illgner. Unos 18.000 espectadores en el Francisco de la Hera.
La vía intempestiva en los despejes no significó una buena organización defensiva. Los primeros 20 minutos del Madrid fueron sospechosos. Defendió muy atrás, preferentemente dentro de su área, y se vio sometido al belicoso asedio del Extremadura, cuyo exceso de entusiasmo fue directamente proporcional a la ausencia de juego.
El Madrid administró sus oportunidades con una precisión asombrosa. El primer gol se produjo en el primer minuto y estuvo protagonizado a partes iguales por Jarni y por los despistados defensas extremeños. Jarni enganchó un remate espectacular, con la calidad y puntería con que acostumbra, algo que no debería pasar inadvertido para ninguna defensa. Sin embargo, nadie acudió a tapar a Jarni en aquel saque de córner.
Durante los siguientes 20 minutos, el Madrid dio algunas muestras de inestabilidad. El capotazo al encuentro se produjo con el segundo tanto, a mayor gloria de Benito Floro, que tanto aprecia la importancia de los saques de banda. Roberto Carlos sacó uno, la pelota recorrió el área entre la confusión general y Savio metió la cabecita frente a la destemplada salida del portero. El balón entró en la portería a pesar del desesperado despeje de Félix.
Decidido el vencedor del duelo, el encuentro se pareció mucho a cualquiera de los de pretemporada. El Madrid consiguió darse al toque y al lujo en varios momentos, todo con mucha tranquilidad. Fue entonces donde se vio lo mejor y lo peor del Madrid. Lo mejor se observó en la capacidad para armar algunas acciones preciosas, como en el gol de Suker, una vaselina delicadísima con la badana externa. Lo peor fue nuevamente la sospechosa prestación de la defensa. En este aspecto, Iván Campo volvió a dar pruebas de inestabilidad. No consigue creerse su papel y se expone a errores definitivos, como en el gol de Duré. Pero todo esto sucedió cuando el partido se disputaba a beneficio de inventario. Mientras hubo algo que discutir, el Madrid volvió a confirmar su pegada.
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