Castellá defiende el uso agrícola de terrenos forestales que eran cultivos
El consejero de Medio Ambiente, José Manuel Castellá, defendió ayer en Gandia que "el suelo que ha sido tradicionalmente agrícola debe conservar ese uso". Con esta manifestación Castellá salía al paso de las críticas en torno al anteproyecto de ley en el que el Consell contempla eliminar de la ley forestal el apartado que protege, con la calificación de "forestal" los terrenos de cultivo abandonados hace más de 10 años. El consejero de Medio Ambiente, considera que esas críticas son "interesadas", y asegura que detrás de ellas hay una clara "lectura política". Según Castellá, que asistió a la inauguración de la exposición 150 años de la ingeniería de montes en España en la Escuela Universitaria de Gandia, esta medida lo que pretende es "concentrar la actividad agrícola" en aquellas zonas de la Comunidad que han sido tradicionalmente suelo de cultivo. La desprotección de estos terrenos "permitirá incluso frenar la apetencia de que masas boscosas, donde existe tierra rica que podría ser objeto de uso agrícola, se mantengan como bosques". Según el consejero, con este cambio saldrán beneficiadas "las zonas deprimidas del interior de la Comunidad donde es necesario incrementar la inversión agrícola". Castellá considera que la Comunidad pierde muchas ayudas que son desviadas a otras autonomías como la andaluza y Castilla-La Mancha. El incremento de las zonas de cultivo servirá para "atraer esa inversión". El consejero apostó por "hacer un uso racional del monte". Castellá eludió la responsabilidad de la Generalitat ante la posibilidad de que la modificación pueda generar una especulación urbanística y recordó que "determinar los usos del suelo en cada municipio es competencia de los ayuntamientos". En cuanto a la enmienda de la directora general de Servicios Sociales, María Luisa García Merita, contra el borrador de la ley de caza, Castellá la calificó de "errónea". Según el consejero, el proyecto dice que los jóvenes de 16 y 17 años sólo podrán practicar la caza "con la autorización previa de sus padres y acompañados de una persona mayor de edad".
