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Piezas millonarias de Basquiat abren la temporada de la galería Maeght

Más de 60 millones de pesetas es el precio de un autorretrato del artista estadounidense Jean-Miquel Basquiat (Nueva York, 1960-1988). La obra forma parte de la exposición que desde el martes 27 de octubre le dedica la galería Maeght de Barcelona. Junto a esta pieza pueden contemplarse otros trabajos, principalmente dibujos, cuya cotización demuestra que Basquiat, fallecido a los 27 años de una sobredosis de heroína, es uno de los artistas de referencia de los años ochenta. Aquella década fue la de los yuppies, la de la grandes movimientos especulatorios en el mundo del arte, la del estrellato de muchos artistas, pero también la de la entrada a las galerías del arte nacido en las paredes de las calles. Jean-Michel Basquiat, que desarrolló su carrera pública en esa contradictoria década, consiguió reunir todos los impulsos de su época y convertirse en un mito en el mundo del arte. Empezó con los grafitos en el metro de Nueva York, subsistió en sus primeros años de la adolescencia vendiendo postales con sus dibujos, fue amigo del también artista de grafitos Keith Haring y del gran pope del pop-art Andy Warhol, su piel oscura se impuso en un mundo de blancos y, sobre todo, murió joven. Incluso creó un falso gurú que ofrecía sus mensajes en las paredes del metro. En 1977 podían leerse los aforismos de SAMO (same old shit, "siempre la misma mierda") escritos junto a su compañero Al Díaz. Para inmortalizar más su figura, su amigo el artista Julian Schnabel rodó la película Basquiat, en la que David Bowie interpretaba a Andy Warhol y el actor Jeffrey Wright representaba el papel del artista. Pasión por lo cotidiano Junto al autorretrato, la exposición, formada por 25 piezas, muestra otras obras cuya cotización es de varias decenas de millones de pesetas. La escena representada en la tela Just come suit (1983) presenta el inquieto trazo festivo del artista, que en sus inicios conservó del pop la pasión por los objetos de consumo cotidiano. En esa misma obra puede verse su dibujo de reminiscencia infantil, cuyo control de madurez le confirió su aureola de genio. La obra es quizá la única de toda la exhibición en donde se puede comprobar la fortaleza del colorido de Jean-Michel Basquiat. En el trabajo del pintor, el entronque de su estética con el primitivismo era un camino de lógico recorrido. En la exhibición de la Sala Maeght puede contemplarse una obra en este sentido, Máscara japonesa, otra de las piezas destacadas de la exhibición, que incluye también la serigrafía de gran formato Back of the neck, pintada a mano y perteneciente a una serie de 24. Junto a los dibujos sobre papel, la exposición, que permanecerá abierta hasta el 28 de noviembre, presenta la serie de cinco grabados From Leonardo.

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