Francia imputa al Gobierno español los posibles retrasos en la línea del AVE
Francia respondió ayer a las insinuaciones del ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado, respecto a que el retraso del AVE con la frontera se debía a dilaciones de los vecinos. El Gobierno francés lo niega y achaca a la pasividad española un posible retraso, además de recordar que "los siete miembros franceses de la comisión han sido designados", pero no los representantes españoles. Se refiere a la comisión interministerial prevista en el tratado de Madrid. El Gobierno galo reafirma su voluntad de tratar el asunto en el encuentro franco-español de los días 21 y 22 de noviembre en La Rochelle.
El AVE sigue siendo motivo de controversia. A la discusión entre el Gobierno central y el Ayuntamiento de Barcelona por la pretensión del primero de aplazar al año 2006 la llegada de la línea hasta Francia, se unió ayer el Gobierno francés, molesto por las acusaciones de pasividad que le han sido dirigidas desde España. También el candidato a la alcaldía barcelonesa por CiU, Joaquim Molins, se lanzó ayer al ruedo de las declaraciones respaldando las insinuaciones del ministro. Molins dijo que los franceses son "perezosos" y que España llegará antes a la frontera. La actitud de firmeza adoptada sobre este asunto por Joan Clos puede repetirse en breve en el caso del aeropuerto barcelonés. El alcalde de Barcelona, acompañado del primer teniente de alcalde, Xavier Casas, se reunió hace unos días con el secretario de Estado de Infraestructuras, Albert Vilalta, para hablar del plan director del aeropuerto. El resultado fue "desalentador", según fuentes municipales. Mientras, en una nota oficial, el ejecutivo que encabeza Lionel Jospin aseguró ayer que, respecto al AVE, cumple sus deberes y que no puede decirse lo mismo de la parte española. Ambos Gobiernos se comprometieron a enlazar el AVE en los Pirineos, a través de un túnel en Le Perthus, según el pacto de Madrid. Un acuerdo que fue ratificado por el Parlamento francés el 10 de octubre de 1997 y que entró en vigor el 11 de diciembre de ese mismo año. El 14 de enero, el ministro de Exteriores francés, Hubert Vedrine, informó de la situación a su homólogo español, Abel Matutes. Paralelamente, el Gobierno francés sacó a información pública el tramo entre la frontera y Perpiñán. Los estudios al respecto fueron finalizados en febrero de este año, pasando entonces a designar los miembros de la comisión, sin que lo haya hecho aún España. Esta comisión debe validar los estudios preliminares hechos en Francia y en España y preparar el contrato de concesión y adjudicación de la sección internacional, además de supervisar la construcción, explotación y mantenimiento de la línea. El Gobierno francés afirma que desea que la comisión se constituya lo más rápidamente posible y que celebre su primera reunión "antes de fin de año". Francia cree que, si no hay más retrasos, se halla en disposición de iniciar la perforación del túnel en la segunda mitad del año 2000 y terminar en cuatro años. Este plazo es el que exige que se cumpla el Ayuntamiento de Barcelona. La fecha no es arbitraria. Fue pactada en el encuentro celebrado entre el presidente del Gobierno español, Felipe González y el presidente de la República, Jacques Chirac, en 1995 y ratificada en 1996 en un nuevo encuentro celebrado esta vez entre Chirac y José María Aznar. El equipo que encabeza Joan Clos tiene serias dudas sobre la voluntad del Gobierno central de cumplir los acuerdo, como ya ha denunciado por activa y por pasiva. También tiene dudas sobre si el ejecutivo catalán apoya en este asunto a Barcelona o al Gobierno del PP. De hecho, Jordi Pujol ha refrendado siempre las declaraciones de responsables ministeriales. Lo hizo cuando Albert Vilalta, siendo responsable de Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF), anunció que el tren entraría por el Vallès y llegaría hasta La Sagrera. Lo hizo también cuando Vilalta, ya como secretario de Estado de Infraestructuras, rectificó su posición anterior y explicó que el tren entraría por el sur y llegaría a Sants. Con todo, esta misma semana Pujol ha asegurado en el Parlament que es partidario de que el AVE llegue a Barcelona en el 2004, apenas 24 horas después de que Arias Salgado adujera supuestos retrasos en Francia para justificar el aplazamiento del enlace hasta el 2006 o el 2007. PASA A LA PÁGINA 7
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