Una encuesta destaca el grado de autonomía de la Feria de Valencia con respecto a la Administración
La Feria de Valencia es un lugar donde se hace negocio, tiene mayor autonomía con respecto a la Administración que sus homólogas españolas, aunque su ubicación periférica la hacen depender en exceso de los transportes y las comunicaciones. Estas son las principales conclusiones de la encuesta presentada ayer al comité ejecutivo de la Feria de Valencia. Este sondeo, elaborado a partir de 50 entrevistas a miembros de los órganos de gobierno y dirección de la feria, así como representantes de instituciones públicas, organismos y entidades económicas, sociales y culturales, es uno de los instrumentos sobre los que se apoya el Plan de Cooperación de Feria de Valencia. De la encuesta se desprende que la institución ferial goza de la estima de todos los estamentos de la sociedad valenciana, que la consideran un motor en el terreno del marketing, de la economía de la ciudad y de los sectores productivos de la Comunidad. El estudio destaca la consolidación de algunos certámenes. "Este hecho", apunta la encuesta, "junto a la profesionalidad de sus actividades y buena salud económica, le permiten ser un banco de prueba para nuevos certámenes monográficos". Según el sondeo, esta capacidad innovadora "es uno de sus elementos más positivos". El trabajo valora como hecho diferencial con otras ferias españolas, la mayor autonomía de la institución valenciana con respecto a la Administración pública, "lo que le permite una mayor estabilidad, agilidad y flexibilidad para adaptarse a las exigencias del mercado". Espacio desigual La conclusión en cuanto a la utilización de su espacio es que mientras algunas zonas del recinto valenciano soportan una rotación elevada, otras, debido a su insuficiente dotación, presentan índices de ocupación muy bajos. La solución sería reformar las instalaciones para conseguir una explotación más equilibrada de la superficie disponible. El estudio subraya, además, las grandes transformaciones que se llevan a cabo en otras ferias europeas, "lo que evidencia un entorno ferial cada vez más competitivo". Entre los factores negativos que arroja el sondeo se cita la ubicación de la Feria de Valencia en la periferia de la ciudad, lo que la hace depender del sistema de transportes y comunicaciones. El documento presentado ayer al comité ejecutivo servirá de base para configurar un modelo ferial de futuro para Valencia. Esta propuesta estará acabada antes de año. Coincidiendo con la elaboración de un plan estratégico para la Feria de Valencia, la Institución Ferial de Madrid (Ifema) ha abierto un debate en torno a la posible privatización de las ferias. Precisamente durante el debate previo a la redación del plan podría constituirse una comisión de estudio dedicada exclusivamente a la conveniencia de las privatizaciones o de la concentración de certámenes. No obstante, el actual equipo de gobierno de Feria de Valencia, que lidera el empresario del mueble Antonio Baixauli, no apostaría por la privatización. Sí baraja, sin embargo, eliminar aquellos certámenes feriales que no funcionan. La privatización de las ferias ha saltado en Madrid después que la patronal que preside Fernando Fernández Tapias se haya incorporado de lleno al equipo de gobierno de Ifema. En Valencia se cree poco probable que prospere un proceso de privatización, dado que el grado de implicación y el protagonismo de las patronales sectoriales es elevado. Feria de Valencia tiene décadas de existencia a sus espaldas, mientras Ifema apenas tiene 10 años de vida. "Nuestro modelo ferial está consolidado, gracias al compromiso con las organizaciones empresariales", opinaba ayer un profesional relacionado con la institución.
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