Homenajes

JUANJO GARCÍA DEL MORAL Los homenajes proliferan últimamente que es una barbaridad. Los hay para todos los gustos, sus destinatarios son de lo más variado y están promovidos por las más variopintas instancias y organizaciones. Ponga un homenaje en su agenda, parece ser el lema, de manera que raro es el día en que no se celebra uno. El objeto del homenaje puede ser tanto un futbolista legendario como la música -así, en general-, la bandera -sirve cualquiera-, un empresario ejemplar, el Ejército, un político, la paella, un artista, la lengua, el ferrocarril... y hasta el Pato Donald o el Guerrero del Antifaz. Los objetivos también son de lo más variado: los hay que reflejan una admiración, otros premian una trayectoria, también pueden tener interés económico, electoral, etcétera. Últimamente no han faltado entre nosotros los homenajes. El dedicado al conseller Farnós es el más reciente y el convocado para este jueves, destinado a los mayores, el más próximo. Y aún quedan muchos por venir, que de aquí a las elecciones de la próxima primavera hay tiempo de sobra. Y es que, muy a menudo, los homenajes generan agradecimientos de los que se benefician sus organizadores. La gratitud provocada por estas distinciones no siempre desinteresadas puede llegar en forma de subvenciones, favores, promesas, dinero y... votos. Éste último parece ser el caso del acto organizado para el próximo jueves en Valencia, convocado por el presidente de la Generalitat mediante una carta enviada a los jubilados pero organizado, al parecer, por el aparato electoral del partido del Gobierno. Miles de ellos serán agasajados en un acto descaradamente electoralista -pero pagado con fondos públicos- con el que el PP pretende arañar votos en el granero de la tercera edad. Ya lo dice el refrán: Es de bien nacidos ser agradecidos. Y el Consell del PP espera que nuestros mayores hagan honor al refranero y, llegado el momento de depositar sus votos, opten por las papeletas de los populares. Aunque, seguramente, la mayoría de nuestros jubilados sabrá diferenciar perfectamente entre un sarao como el que se les ofrece y una política que tenga en cuenta sus necesidades.