El acusado de matar a tres comerciantes criticó la "inseguridad" tras un asesinato
Juan Luis Roa, acusado de matar a tres comerciantes y de secuestrar a una menor y una asistenta, criticó abiertamente la inseguridad ciudadana escasas horas después y al otro lado de la calle del escenario de uno de los crímenes que se le imputan. Uno de los testigos que comparecieron ayer, en la primera jornada del juicio, aseguró que Roa dijo que "había que matar" a los asesinos de Juan José Rodríguez Leyva. Varios testigos afirman que el acusado ayudó ese mismo día a la víctima a llevar una caja de caudales a su establecimiento.
Una de las sorpresas de esta primera jornada del juicio la protagonizó el propio acusado, que eligió guardar silencio y no declaró en la vista sobre el asesinato en la Navidad de 1994 del encargado de una tienda de electrodomésticos en el Polígono Store de Sevilla. Roa, que llegó a la Audiencia de Sevilla con algunos kilos más que en el momento de sus detención, ni siquiera abrió la boca para acogerse a su derecho a no declarar; simplemente movió con la cabeza cuando el magistrado le preguntó si quería someterse a las preguntas del fiscal y los abogados. El desfile de los testigos fue aclarando poco a poco la situación que supuestamente rodeó el asesinato de Rodríguez Leyva. Un cuñado de la víctima aseguró que éste era una persona desconfiada e incluso miedosa. Solía llevarse el dinero recaudado a su casa para ingresarlo en el banco al día siguiente. En esta tesis insistieron el entonces propietario del establecimiento, Carlos Fernández Torres, y el contable del mismo, Francisco Vázquez. Las distintas acusaciones buscaron en estos testigos la constatación de que Rodríguez Leyva tan sólo podría haber abierto la puerta de la tienda a alguien a quien conociera previamente. Cliente habitual Los trabajadores del establecimiento situado enfrente del que se convirtió en escenario del crimen aseguraron que Roa era uno de sus clientes habituales debido a su trabajo como montador de cocinas. Precisamente, el día que se produjo el asesinato (el 27 de diciembre) el acusado ayudó, según el testimonio de uno de los testigos, a Rodríguez Leyva a llevar una pesada caja de caudales hasta el almacén en el que trabajaba. Según este mismo testigo, Roa, escasas horas después de que se encontrara el cuerpo de Rodríguez Leyva con el cráneo roto, una profunda herida en el pecho, apoyado contra una pared y en un charco de sangre, se puso a lanzar improperios contra la inseguridad ciudadana y los asesinos del encargado de la tienda. Esta versión fue corroborada por el entonces compañero de trabajo de Roa, Antonio Agea. El Fiscal pide un total de 70 años de cárcel para Roa por los tres asesinatos y el secuestro. Por su parte, el abogado defensor, Juan Claudio Duque, pide la total absolución, por "falta de pruebas". Hasta el momento, tan sólo la confesión del acusado y algunos testimonios avalan la culpabilidad de Roa. El tribunal rechazó ayer la responsabilidad civil subsidiario del Estado en este proceso, a pesar de que Roa disfrutaba del Tercer Grado penitenciario.
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