_
_
_
_
Reportaje:

Los guerreros de café

Muchos peruanos recelan de la paz que se firma hoy con Ecuador porque creen que cede demasiado

A la misma hora en que el presidente de Perú, Alberto Fujimori, firme hoy en Brasilia el acuerdo de paz con Ecuador, en Iquitos, ciudad amazónica peruana, se estarán velando los cadáveres de las últimas tres víctimas que ha provocado el viejo conflicto fronterizo entre ambos países. Los tres peruanos murieron el pasado sábado durante las manifestaciones contra la propuesta de los países garantes del Protocolo de Río de Janeiro para fijar la frontera entre Perú y Ecuador.El documento que se firma hoy pone fin a un conflicto de 47 años y a una guerra no declarada entre ambos países por una extensa franja de territorio amazónico casi inaccesible. Las escaramuzas esporádicas se convirtieron en un choque frontal entre ambos ejércitos en 1995, y sólo unas duras y sigilosas conversaciones han logrado poner fin a medio siglo de goteo incesante de muertos.

Sin embargo, horas antes de la culminación de la paz, una menor de edad y dos adultos resultaron muertos, una veintena de personas sufrieron heridas y se produjeron daños en locales públicos y privados en la protesta de los residentes de Iquitos contra el acuerdo de paz con Ecuador. Los violentos disturbios se desencadenaron tras conocerse la convocatoria de una "marcha por la paz" en respaldo al acuerdo en una de las principales plazas de Iquitos. Hasta esa ciudad habían llegado los ministros peruanos de la Presidencia y del Interior, Tomás Gonzales y el general José Villanueva.

El hotel donde se hospedaban ambos políticos estuvo a punto de ser incendiado. La protesta fue de tal magnitud que el ministro del Interior se vio obligado a huir disfrazado de policía para no ser alcanzado por las decenas de lugareños que habían cercado el edificio. Simultáneamente, se registraban saqueos a locales comerciales e incendios en varias sedes de organismos públicos.

La solemne ceremonia de firma del tratado de paz se celebrará en Itamaraty (Brasilia), y a ella asistirán los reyes de España y los presidentes de los países garantes del Protocolo de Río de Janeiro (Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos). Los que apoyan el acuerdo sostienen que la propuesta no afecta a la soberanía ni a la integridad de Perú y que, por el contrario, traerá paz y desarrollo para ambas naciones

A pesar de las protestas, ayer, en Lima, Fujimori recibía el respaldo de las Fuerzas Armadas a través del jefe del Comando Conjunto, general César Saucedo. El presidente prometió entregar una vivienda a todos los militares que resultaron heridos y mutilados durante los pasados enfrentamientos fronterizos con el Ecuador. Fujimori aprovechó también para fustigar a los críticos del acuerdo de paz, a quienes llamó "guerreros de café".

Aunque el clima interno es de aceptación general del acuerdo, en Lima el ambiente se ha agitado un poco con las declaraciones del ex canciller (ministro de Exteriores) Eduardo Ferrero, quien renunció unas semanas antes de conocerse el acuerdo y mantuvo silencio sobre las razones de su dimisión. Ferrero ha dicho, sin embargo, que renunció porque estaba en desacuerdo con la cesión de una porción de terreno en la zona denominada Tiwinza, en territorio peruano, pero tomada por los ecuatorianos durante la guerra de 1995.

El acuerdo obliga a Perú a donar simbólicamente un kilómetro cuadrado en Tiwinza. El excanciller dijo que Fujimori y el presidente ecuatoriano, Jamil Mahuad, negociaron personalmente la cesión de Tiwinza. Dijo, además, que esa fórmula no era necesaria porque con "serenidad y mantenimiento de la misma posición de diálogo firme sostenida por el Perú" se hubiera podido lograr un "acuerdo global y definitivo con Ecuador, adecuado para las dos partes".

El ex secretario general de Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, dijo que la resolución no es "totalmente satisfactoria", pero que debe ser aceptada por ser un compromiso asumido por las autoridades peruanas durante el proceso de negociación. Finalmente, Pérez de Cuéllar hizo votos para que este compromiso sirva para una paz duradera.

Al otro lado de la frontera, el acuerdo tampoco ha sido bien recibido en todos los sectores. El general José Gallardo, ministro de Defensa durante el enfrentamiento de 1995, apareció en televisión con lágrimas en los ojos tras conocer la demarcación definitiva.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_