Unidad Alavesa ratifica los peores pronósticos y sucumbe ante PP y PSE
Unidad Alavesa (UA) no ha podido superar el desafío de las elecciones autonómicas. El partido foralista, que hace de la defensa de los derechos históricos que asisten a Álava su razón de ser, se enfrentaba a estos comicios en clave de supervivencia. Tras sufrir una crisis interna que causó su escisión hace un año, ha sucumbido ante el empuje del PP y del PSE. Con el 98% de los votos escrutados, UA había perdido dos tercios de sus escaños. "Estos escaños van a valer por seis", dijo su líder, Pablo Mosquera, en alusión a los parlamentarios que tenía en la anterior legislatura.
"A pesar de todo no han podido con nosotros, han hecho una campaña muy sucia contra nosotros", dijo Mosquera en referencia al PP tras confirmarse el descalabro de UA. Su virulencia contra el nacionalismo no ha sido suficiente para enganchar al mismo número de votantes que logró en las autonómicas de 1994, en las que obtuvo cinco parlamentarios y grupo propio en la Cámara de Vitoria. Tras el desplome de ayer, se abre una etapa de reflexión, sobre todo teniendo en cuenta que en junio próximo llegan las elecciones municipales, vitales para el partido.Mosquera, tiene tiempo hasta junio para recomponer la maltrecha moral del partido. Tendrá que resolver si continúa con el mensaje lanzado en estas elecciones en el sentido de que Álava debe ser independiente de Euskadi y convertirse en una comunidad uniprovincial, al igual que Navarra. Este mensaje podría generar más dimisiones que adhesiones.
La corta vida de UA -nació en el año 1990 a raíz de una escisión registrada en las filas populares- siempre ha estado marcada por su antinacionalismo. Mosquera insiste en la idea de que el surgimiento de la formación foralista ha sido el peor disgusto para el PNV. Sin embargo, su alianza con los nacionalistas para formar el gobierno municipal en el Ayuntamiento de Vitoria a finales de 1996 desató una crisis interna que ha tenido serias consecuencias en estas elecciones autonómicas.
Los comicios de 1994 supusieron el techo electoral de Unidad Alavesa. Con 27.797 votos logró cinco escaños y se colocó como segundo partido de Álava con el 18,83% de los sufragios. A partir de ese momento, inició su particular travesía del desierto.
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