Crisis a domicilio
Lo decía Valerón con cierto recelo tras la cita de Sofía. "Sí, por fin hemos ganado y jugado bien fuera, pero ahora hay que hacer lo mismo en la Liga". El futbolista canario sabía que el Atlético se había encogido hasta entonces en la competición doméstica en todos los encuentros disputados lejos del Calderón. Fracasó en Valencia (1-0), jugó fatal y se salvó de milagro en Montjuïc (1-1), naufragó en Oviedo (3-1)... Y ayer, en el Lluís Sitjar, volvió a estrellarse, de forma más estrepitosa si cabe.El Atlético tiene un problema evidente. Arrigo Sacchi lo había llamado "falta de mentalidad" y ayer lo definió como "falta de humildad". Más intimimamente, en las sesiones de entrenamiento, parece desesperado. "Cómo puede ser que llevemos tres meses trabajando sobre lo mismo y no hayamos aprendido nada", se le ha escuchado gritar en alguna ocasión tras unos ejercicios tácticos mal resueltos.
"El Atlético debe y puede crecer", insiste el técnico una y otra vez, reforzando su confianza en la plantilla que maneja. Y el equipo rojiblanco, en efecto, amaga con venirse arriba, enseña de pronto una imagen seria y fiable, pero a la mínima vuelve al suelo. "Nos falta continuidad", se lamenta el preparador italiano.
En realidad, el Atlético empieza igual todas sus frases desde que inició este proyecto. Falta..., falta... La palabra final es la que varía en función de la semana de que se trate. "Nos faltó cabeza", reconoció ayer Santi. "Los jugadores sabemos lo que quiere el entrenador", añadió, "pero si no estamos concentrados de poco vale. No ha sido un problema físico, ni táctico, sino psicológico".
Decía Miguel Ángel Gil Marín cuando anunció el proyecto Sacchi: "Lo mismo el público no se va a divertir tanto, pero lo seguro es que va a costar hacerle goles al Atlético". Certero pronóstico: los rojiblancos han recibido nueve goles fuera de casa, más que nadie.
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