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Seriedad truncada

PACO MARISCAL Y ni con pactos ni sin pactos tienen los males o las tonterías remedio.Los socios del gobierno del PP en la CV -llámense Iniciativa de no se sabe qué progreso, llámense Unión Valenciana o llámense portavoces fundamentalistas de la esencias del arroz con nabos y alubias en las Cortes Valencianas- presentan una proposición no de ley tendente a que la Consejería de Educación ejerza una cierta vigilancia sobre los maestros que relacionan el valenciano con el valenciano-catalano-balear; hacen hincapié los padres de las identidades patrias en que se inspeccione y quizás se anatematice a quien, desde la pizarra, ose utilizar el nombre de Zaire en vez de Congo, o Ceilán en vez de Sri Lanka, para referirse al territorio autonómico que habitamos todos. Medie en lo escrito, el respeto y la solidaridad con el sufrimiento de los insulares asiáticos y los pobladores de las orillas del Congo, víctimas de guerrillas y guerras inciviles. Y dada nuestra folclórica e irrisoria guerrilla lingüística e incivil, el gobierno del PP en la CV, que también manda en la Consejería de Educación, se suma a la proposición no de ley de sus socios -ni con pactos ni sin pactos tienen los males o las tonterías remedio-, y el máximo responsable de dicha consejería afirma que vigilará el asunto, Dios o el diablo sabrán cómo o de qué manera. ¡Y loado sea el Dios del Sinaí que tan grande es! Porque esto es la política del perro del hortelano sin carácter de comedia. Para ser comedia se necesitan el ingenio, los actores y las cámaras de Pilar Miró. Aquí hay, eso sí, una seriedad truncada: de un lado propugna y defiende el PP pactos y acuerdos que pongan fin a la incivil y folclórica discordia lingüística, y del otro se suma a la discordia y al incordio. Ni con pactos ni sin pactos tienen los males o las tonterías remedio. Y la discordia incivil no tiene sentido cuando desde la modernidad del País Valenciano se asume la convivencia en la diversidad que supone vivir y trabajar en el Antiguo Reino de Valencia, que es tanto como decir la pactada Comunidad. ¿Fue o no fue tal la intencionalidad, el espíritu y la letra del un día pactado Estatut d"Autonomia de los valencianos? Pero ni con pactos ni sin pactos tienen los males o las tonterías remedio. Y como la ruptura de la seriedad no es comedia, no cabe otra solución que calificarla de burla, chanza o parodia cuando no sarcasmo. Burla porque la proposición no de ley pone en ridículo a quienes trabajaron por alcanzar un acuerdo en el Consell Valencià de Cultura; chanza porque tiene el asunto un aire como burlesco que anima el ánimo de quienes viven distanciados de las discordias lingüísticas; sarcasmo porque viene a tener un carácter irónico y cruel, el hecho de que se hable de vigilar si los maestros relacionan el valenciano con el valenciano-catalano-balear, o anatematizar si se articula País Valenciano, mientras no se vigilan, se inspeccionan y se solucionan situaciones reales y hechos palpables: aglomeración de alumnos en muchos centros docentes con horarios reducidos, con programaciones que no se pueden realizar;desastrosa introducción de la ESO en numerosos centros públicos que desmotiva tanto a los maestros ilusionados con la reforma como hace sonreir a sectores no escasos de funcionarios docentes inmovilistas, siempre desmotivados. Y son sólo botones de muestra, mientras con pactos o sin pactos los males o las tonterías siguen sin tener remedio.

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