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Béjart lleva a Lisboa un ballet para "los que mueren jóvenes"

El coreógrafo francés Maurice Béjart, de 71 años, ha presentado esta semana en Lisboa Le presbytére, un espectáculo de danza "dedicado a todos aquellos que mueren demasiado jóvenes". Inspirado por Freddie Mercury y el bailarín argentino Jorge Donn, ambos fallecidos a causa del sida, el inimitable Béjart utiliza un vestuario diseñado por el desaparecido Gianni Versace y mezcla la música de Queen con la de Mozart, quien también murió demasiado joven, a los 35 años. Es una alegoría sobre la juventud, la esperanza y la vida.Le presbytére n´a rien perdu de son charme ni le jardin de son éclat (El presbiterio no ha perdido nada de su encanto ni el jardín de su esplendor). Ese es el código secreto del detective Rouletabille en la novela Le Mystére de la chambre jaune, de Gaston Leroux. "Quería", dice Béjart, "encontrar un título que no evocase nada y, de hecho, es una frase que no quiere decir nada, pero que es muy atrayente y muy bella poéticamente". A partir de ahí, el coreógrafo francés traza un espectáculo que constituye "una danza alegre, ni siniestra ni derrotista. Si yo no dijera que es un espectáculo sobre la muerte, el público no se daría cuenta. Está inspirado en Freddie Mercury (el histórico líder de los Queen) y Jorge Donn, pero no es una coreografía sobre el sida, sino sobre aquellas personas que mueren pronto. O mejor sobre aquellas personas que mueren demasiado jóvenes".

Estrenada en París el año pasado, Le presbytére constituye, a juicio de Béjart, un homenaje "a una generación de jóvenes que desapareció a causa del sida, pero, a pesar de todo y como decían los Queen, sigo creyendo que el show debe continuar. Y no hablo del show como espectáculo o exhibición, sino de show del día a día".

El coreógrafo francés mezcla en este ballet la música de los Queen y la de Mozart, "quien también murió muy joven, a los 35 años, diez años antes que Freddie Mercury y Jorge Donn". Y para cerrar el círculo, el vestuario de sus bailarines procede de los diseños del desaparecido Gianni Versace, un viejo amigo del coreógrafo, a quien define como "un hombre del teatro más que un artista de la moda".

La creación

Según Béjart, el trabajo de todos ellos es muy fácil de conciliar: "Todos vivieron épocas y formas diferentes, pero fueron muy importantes. Crear es como nadar, y nunca se nada en la misma agua. Las influencias también aparecen así. Estamos trabajando y nos vamos cruzando con personas que nos influyen. Esto no se escoge, simplemente ocurre". Durante una conferencia de prensa celebrada en un hotel de Lisboa, Béjart explica que no consigue "clasificar el espectáculo, porque no veo diferencias entre lo clásico, lo moderno, lo contemporáneo o lo posmoderno". De la misma forma que no encuentra diferencias entre la danza africana o la asiática: "Separar sus diferentes tipos constituye una especie de racismo"

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