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DELFÍN COMÚN

Velocistas acuáticos

De las dos especies de delfines que tenemos a nuestro alcance, el delfín común es el más pequeño y también el menos abundante. Puede llegar a tener 2,5 metros de largo y hasta 75 kilos de peso. Su coloración resulta muy contrastada fuera del agua, pero dentro de ella le ayuda a pasar mucho más desapercibido, desdibujándose parte de su contorno debido a los juegos de luces y reflejos. Para atrapar entre dientes a los peces de los que se alimenta realiza saltos que le ayuden, por un lado, a observar la superficie y detectar alguna que otra pista como puede ser la presencia de aves marinas y, por otro, generar un ruido que hace que los cordúmenes (bancos) de peces se agrupen más y le faciliten la captura.Se les suele encontrar formando grupos muy cohesionados, que cazan de forma conjunta. Sorprende su velocidad, que puede llegar a alcanzar los increíbles 50 kilómetros por hora dentro del agua. Para este fin, tiene una piel compuesta por dos capas que compensan las turbulencias que se producen y mantienen en todo momento una carga exterior lisa y muy deformable. De forma muy parecida a los murciélagos, los delfines emplean una especie de radar para el cual es muy importante una especie de cuerno graso situado en la frente. Este sistema le ayuda a identificar obstáculos en sus desplazamientos o a localizar posibles presas.

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