Atletas con pundonor deportivo

Soy una chica joven que hace atletismo y que, por el ambiente que me rodea (tanto familiar, personal como amistoso), creo conocer bastante bien el mundo del deporte y lo que ello conlleva, desde el sufrimiento de los entrenamientos a la alegría de un éxito. Pero lo que pude ver el jueves 8 de octubre, y de lo que fui testigo, me llevó a una auténtica decepción.

La tarde del día anteriormente citado entrenábamos mi grupo y yo como cualquier otro en la pista de atletismo.

Allí una furgoneta de una cadena de televisión se preparaba para rodar una carrera de 100 metros lisos entre un conocido jugador de fútbol y un gran atleta español, algo poco usual pero que por otro lado tampoco sorprende hoy día, ya que estos retos deportivos y amistosos se dan continuamente.

Pasadas varias horas, la carrera no se había celebrado todavía y el futbolista seguía vestido con la ropa de calle.

El problema, del cual nos enteramos más tarde, era que dicha carrera era toda ella una farsa, un engaño.

Pretendían hacernos creer que, corriendo ambos en un tiempo muy pobre (es decir, muy lento para la marca tan fabulosa que posee el atleta) lo habían hecho en unos diez segundos aproximadamente, marca que una persona como el futbolista, en las condiciones de una pista de tartam como son las de atletismo, corriendo con unas zapatillas de clavos que nada tienen que ver con las de tacos que utilizan en el fútbol, y sin la experiencia que supone el haber entrenado específicamente esa prueba deportiva, es casi imposible que haga.

El propio atleta se negó a que se llevara a cabo la carrera en esas condiciones, exigiendo, y con todo su derecho, que se realizara en toda regla, y que simplemente ganara el mejor.

Ante esta situación intentaron que otro compañero suyo se ofreciera, obteniendo a su vez la misma respuesta y optando esta vez por suspender la "fabulosa" y engañosa carrera.

Con esto se demuestra la cantidad de mentiras que podemos estar creyendo de buena fe todos nosotros; si esto es lo que no sabemos, no quiero ni tan siquiera imaginarme qué es todo aquello que pensamos es verdad y luego no es así.

Quiero pues felicitar a su vez a los atletas que no quisieron colaborar con la mentira, desde aquí les envío mi enhorabuena, no sólo por no rebajarse al nivel de la falsedad, sino por por seguir manteniendo el honor del atletismo en el puesto que se merece.

El fútbol de espectáculo gusta, el espectáculo del fútbol no.-