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El corrosivo humor de "Los 92 minutos de Mr. Baum" logra para Israel la Palmera de Oro

La película israelí Los 92 minutos de Mr. Baum, de Assi Dayan, ha obtenido la Palmera de Oro en la sección oficial de la Mostra. El jurado, presidido por Imanol Arias, calificó la cinta como "la más personal de la Mostra" y le otorgó los tres millones de pesetas del primer premio. Contra todo pronóstico, la italiana Sirocco ganó la Palmera de Plata y la española Saïd tuvo que conformarse con la de bronce. El festival entregó sus galardones en una gala celebrada anoche en el Palau de la Música protagonizada por la actriz inglesa Joan Collins, pero las proyecciones continuan hasta el jueves, fecha oficial de clausura.

El viaje terminal de un hombre de negocios en sus últimos minutos de su vida, narrado en clave de humor, convenció al jurado internacional de la Mostra por su originalidad. Alejada de la temática localista de la mayoría de los filmes presentados a concurso, Los 92 minutos de Mr. Baum propone al espectador jugar con la muerte gracias a un trabajado guión (igualmente premiado con una Mención Honorífica) y una desenfadada visión del mundo. Una merecida distinción para una cinta sorprendente y vitalista. Inesperadamente, la Palmera de Plata fue a parar a la italiana Sirocco, de Maurizio Sciarra, un filme menor en el que destaca sobremanera la portentosa interpretación de Giancarlo Giannini. La concesión del segundo premio a la película italiana relegó a la Palmera de Bronce a la española Saïd, del valenciano Llorenç Soler, gran favorita para la crítica y el público. La dirección de la Mostra prefirió exhibir al público la arriesgada cinta de Soler en versión doblada, frente a la versión original en árabe, catalán y castellano, que sólo vio el jurado. El propio realizador lamentó esta circunstancia que consideró "fundamental para entender el ambiente de tolerancia que he pretendido reflejar en las relaciones entre los protagonistas de la historia". Poco cine en la oficial La sección oficial de la edición de este año ha dejado pocas películas memorables. El propio Imanol Arias lo corroboró al afirmar que se había visto "poco cine". Las circunstancias geográficas obligan a seleccionar películas de diferentes países de la cuenca mediterránea sin ningún nexo común entre ellas. Sólo como testimonio de unas cinematografías poco conocidas -"y que en su mayoría producen películas muy reaccionarias", apuntó Arias- debe entenderse una sección oficial arrinconada por una organización poco propicia a potenciarla desde hace años. Por otra parte, el jurado del Premio a la Mejor Ópera Prima concedió su galardón a la película Mensaka, de Salvador García Ruiz. Esta sección, nueva en la presente edición, ha sido una de las que han gozado de más éxito de público. La Mostra continuará, sin competición, hasta el jueves. Hoy sigue la programación de las diferentes secciones y mañana se proyectarán las películas premiadas, entre otras actividades.

"Mucho maquillaje y poco dormir"

Joan Collins reconoció ayer que el secreto de su buen aspecto se debe a "mucho, mucho maquillaje". Y también "a dormir poco", añadió. Lo dijo con sentido del humor y dando muestras de complicidad. A la manera de un guiño, mediante el cual, por un lado, se diferenciaba de la prédica de las modelos, que dicen dormir mucho, y, por otro, jugaba con su imagen de devoradora de hombres que, aunque no deja de ser un estereotipo, está bien fundamentada en los numerosos personajes que ha interpretado, entre otros, el de la muy popular Alexis Carrington de Dinastía. De hecho, fue a raíz de su intervención en esta serie de televisión cuando Joan Collins alcanzó la cumbre de su popularidad, a pesar de llevar muchos años haciendo películas para el cine, algunas de muy dudoso gusto. Ayer, la actriz británica tomó el testigo de su colega, también británico, Jeremy Irons, y protagonizó está vez la gala de clausura del festival mediterráneo. Debido a que el Palau de la Música necesita el auditorio para los ensayos de la ópera El ocaso de los dioses, el certamen ha organizado la gran gala dos antes de su término. Pero Joan Collins también ha trabajado con algunos grandes del cine, por ejemplo con Howard Hawks. En este sentido, la actriz recordó que el director le obligaba "con 20 años" a subir y bajar de los tejados de los estudios -"también hizo lo mismo con Lauren Bacall", apuntó- para conseguir una voz "más grave", porque la de ella "no le gustaba". Todo esto sucedió en 1954, en el rodaje de la película Tierra de faraones, basada en un texto de William Faulkner. Así pues, a tenor de sus propias manifestaciones, Collins tiene 64 años y además de ser actriz, muy televisiva, escribe y produce. Acaba de completar su anterior libro Mis secretos con la obra El secreto de mis amigas, en el que un grupo de actrices como Shirley McClaine o Jacqueline Bisset relata qué hacen para cuidarse y mantenerse en forma. "En España aún no se han vendido los derechos [del libro]", comentó con desparpajo y con leve sonrisa prendida de sus sobresalientes pómulos, que bien podrían haber sido renovados en un quirófano. Con respuestas ágiles y rápidas, ceñida con un traje de color rosa y con un peinado de apreciable volumen, Joan Collins se refirió a su corto papel de agente teatral en Lo más crudo del crudo invierno, de Kenneth Branagh, como uno de sus preferidos. "Fui la única que le dijo que me había gustado mucho su película Frankenstein y a los meses me llamó para la siguiente", comentó en alusión al director británico. También restó importa en la conferencia de prensa a su encasillamiento como mujer perversa, que se originó, según contó, por un papel que interpretó con 17 años. "A partir de ahí, soy conocida como la niña mala de Gran Bretaña", dijo con cierta desdén e ironía la actriz hija de un agente teatral.

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