El fiscal pide el internamiento de un acusado de homicidio frustrado

El fiscal solicitó ayer el internamiento en un centro psiquiátrico durante 10 años de Manuel G. V., al que acusa de homicidio frustrado por disparar sin motivo alguno contra la portera del inmueble donde había vivido. Los peritos explicaron ayer que los hechos se produjeron cuando el acusado sufrió un brote psicótico delirante que sólo es detectable cuando ocurre. De ahí que, por ejemplo, el hombre dispusiera del permiso legal para utilizar la escopeta con la que disparó. El acusado explicó en el juicio que actuó así porque notó unas vibraciones en el cerebro procedentes de una supuesta banda en Barcelona "dedicada a chantajear las mentes a través de la telepatía". Su convencimiento le ha llevado a escribir un libro y a remitir cartas al Rey y al ex presidente Felipe González para advertirles de los hechos. Los hechos que fueron juzgados ayer en la Audiencia de Barcelona ocurrieron el 21 de febrero de 1996, cuando el acusado acudió al número 48 de la calle Manso de la ciudad y, tras charlar con la portera, Carmen T. G., subió las escaleras para ir a ver a un vecino. Segundos después regresó, montó el arma que llevaba en una bolsa y disparó contra la portera, que fue alcanzada en el hombro. Cuando la mujer estaba tendida en el suelo volvió a disparar contra ella y le alcanzó en la mano derecha, que la víctima había colocado en el vientre. El acusado aseguró que hizo "disparos intimidatorios" contra la pared porque había un grupo de cuatro personas que no le dejaban pasar cuando intentaba salir del edificio. Tras realizar los disparos, desmontó el arma, huyó y lanzó los dos cartuchos a una papelera. En su opinión, la supuesta red que denunciaba le ha dejado ya de molestar, pero sigue actuando. "No viven del aire, sino de la extorsión", afirmó. Los peritos aseguraron que el estado psíquico del acusado, que desde que ocurrieron los hechos está en un psiquiátrico, no ha evolucionado desde entonces, pese al tratamiento recibido.