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Condenado un traficante de inmigrantes por una operación que causó 12 muertos

La Audiencia de Girona ha revocado la polémica sentencia del juzgado número 2 de lo penal que absolvía al organizador del camión-patera que volcó en Campmany causando la muerte del conductor y de 11 inmigrantes ilegales que viajaban ocultos entre la carga. La Audiencia condena a Lakbir Aitsalah a tres años de cárcel, la máxima pena prevista para el delito de inmigración clandestina de trabajadores. La absolución en primera instancia por supuesto vacío legal causó indignación en medios políticos y sociales. Aitsalah estaba ayer en paradero desconocido, según fuentes policiales.

Las mismas fuentes explicaron que el condenado estaba controlado hasta el día de ayer, fecha en que se hizo público el fallo, aunque su paradero era muy variable y no tenía un domicilio fijo. La sentencia había sido recurrida por la fiscalía y la acusación particular. La nueva resolución judicial niega la presunta insuficiencia del Código Penal y analiza la actuación de Aitsalah con una mayor perspectiva socio-económica. El magistrado, Fernando Lacaba, alude a una sentencia del Tribunal Supremo en la que se advierte que la legislación tiene como objetivo la protección de los trabajadores frente a una nueva forma de explotación favorecida por determinados rasgos de la estructura económica mundial, tales como la profundización de la desigualdad entre países ricos y pobres.

La sentencia considera probado que el acusado pertenecía a una organización dedicada a aprovecharse de la situación de necesidad de los estratos sociales más humildes de Marruecos y convertirlos en inmoral fuente de ingresos, abusando de su ansia por salir de la miseria.

Lakbir Aitsalah operaba como contacto de la organización clandestina en España. El 16 de marzo de 1997 recibió un grupo de 16 ciudadanos marroquíes, introducidos ilegalmente en el país por miembros desconocidos de la red, y los mantuvo ocultos en un bosque cercano a Figueres hasta que contactó con el camionero que debía efectuar el transporte ilegal hacia Italia. Los inmigrantes había pagado por el viaje entre 300.000 y 500.000 pesetas. A causa de la embriaguez del conductor, el vehículo volcó a pocos kilómetros de la frontera con Francia. Fallecieron, además del chófer, once de los ciudadanos marroquíes que viajaban ocultos en el remolque. Cuatro de los cadáveres continúan sin identificar.

Rectificación

La sentencia supera dos de los principales escollos que en el primer fallo imposibilitaron una resolución condenatoria. El primero de ellos se basa en que el texto legal se refiere a la "promoción o favorecimiento de la inmigración clandestina de trabajadores a España", cuando en el juicio quedó demostrado que los inmigrantes tenían Italia como destino. El fallo de la Audiencia advierte que el delito se consumó cuando el acusado realizó un acto de favorecimiento al tráfico ilegal, que sin lugar a dudas tuvo lugar en territorio español. La sentencia advierte que cualquier inmigración organizada quedaría absolutamente impune bajo la simple alegación de que "la mercancía que viaja en la patera o en el camión es mercancía de paso". La resolución de la Audiencia mantiene que la laboralidad de la inmigración viene dada, en este caso, desde el punto de vista social y que debe respetarse tanto el derecho de hipotéticos trabajadores como su dignidad de personas.

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El fallo judicial obliga al acusado a indemnizar con un millón de pesetas, por perjuicios de índole moral, a todos los inmigrantes que viajaban en el camión, tal como solicitó el fiscal.

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