Discrepancias en el consistorio de Tarragona por el plan del ascensor

El proyecto municipal diseñado por Convergència i Unió (CiU) para unir el centro de Tarragona con la playa, mediante un doble ascensor panorámico en el Balcón del Mediterráneo, provocó ayer la respuesta airada de sus socios de gobierno (PSC), quienes consideran la obra una maniobra del alcalde, el convergente Joan Miquel Nadal, ante las elecciones municipales. Los nacionalistas se sacaron de la manga la pasada semana un gran proyecto para salvar urbanísticamente la barrera que supone el trazado de la vía del tren en la fachada marítima y que impide unir el centro de Tarragona con la playa del Miracle. CiU encargó la redacción del proyecto a la empresa Municipal de Aparcamientos, que preside un ex concejal democristiano, evitando así tener que negociar con el grupo socialista, que controla la concejalía de Urbanismo, e incluir la obra en los presupuestos para el próximo año. El proyecto fue adjudicado a una ingeniería de Barcelona sin contar con el visto bueno de la empresa municipal. La obra, con un presupuesto de entre 260 y 280 millones de pesetas, estaría lista en abril de 1999, dos meses antes de las elecciones municipales. Por primera vez desde la firma del pacto de gobierno, en octubre de 1995, los socialistas arremetieron ayer duramente contra sus socios de CiU por lo que calificaron de "falta de sensibilidad democrática" al no informarles sobre una obra clave para el desarrollo urbanístico de Tarragona. El portavoz del PSC, Josep Anton Burgasé, tildó el proyecto de "coña marinera, aberración urbanística y claramente electoral". Burgasé anunció que su partido no aprobará la realización de la obra, al no considerarla prioritaria, y añadió que pedirá explicaciones. El PP también anunció ayer su oposición a la obra, por lo que CiU no cuenta con los votos suficientes para llevar a cabo el proyecto, ni en la empresa de aparcamientos ni en el pleno del Ayuntamiento. Ante esta situación, el portavoz de CiU, Àngel Fernández, anunció ayer que su grupo desiste de construir el ascensor y culpó a los socialistas de impedir su realización.