Houllier, un francés con dificultades en el Liverpool

Después de dominar con puño de hierro el fútbol inglés durante los años 70 y 80, el Liverpool (rival del Valencia en la Copa de la UEFA) no acaba de encontrar la fórmula para situarse a la altura del Manchester United y Arsenal. La contratación del entrenador francés Gerard Houllier para dirigir el equipo tampoco ha servido para disipar las dudas sobre el Liverpool, interesante en el juego de ataque y débil en el aspecto defensivo. O sea, como en los últimos años.

Houllier dirige el equipo en comandita con Roy Evans, un hombre forjado en la escuela del mítico Bill Shankly. Con Evans, el Liverpool ha jugado bien, pero no ha tenido la firmeza necesaria. La directiva consideró el pasado verano que Houllier podría ser el complemento ideal en el banquillo.

La relación de Gerard Houllier con el Liverpool viene de antiguo. A finales de los años 60 dio clases en un instituto de los barrios más deprimidos de la ciudad del Mersey. En aquella época quedó marcado por el legado de Bill Shankly, el entrenador que lanzó a los reds a la hegemonía del fútbol inglés. Houllier se involucró en los problemas de la ciudad, devastada por el paro, y mantuvo un afinidad indisimulada con el equipo.

El técnico francés y el Liverpool han vuelto a encontrarse 30 años después. Houllier ha sido el arquitecto del fútbol francés, desde su cargo de director técnico. El triunfo en el Mundial y el éxito de Arsene Wenger en el Arsenal han disparado el crédito de los entrenadores franceses en Inglaterra. Gracias a este prestigio y a su conexión sentimental con el Liverpool, Houllier llegó a Anfield después de la Copa del Mundo.

La experiencia no le está resultando sencilla. "Ni Evans ni yo tenemos un problema de ego", dice el técnico francés, encargado de detectar y corregir los problemas de su equipo. La hinchada comienza a impacientarse. El Liverpool ataca bien y defiende mal. Mientras tanto, sus grandes rivales se distancian y Houllier queda en entredicho.