"Los socialistas debemos fomentar la evolución positiva de Herri Batasuna"
Está lejos de la batalla electoral por la fuerza de un infarto agudo de miocardio que le puso fuera de juego a primeros de setiembre. Desde el retiro impuesto por su recuperación, Mario Onaindia (Eibar, 1948) contempla, con una distancia, privilegiada para un político en estas fechas, la disputa por el voto de los vascos. Mientras espera que los médicos le digan cómo habrá de ser su vida en adelante, Onaindia se declara sorprendido, y preocupado, por "la cabriola" del PNV, iniciada al final de la legislatura con sus "coincidencias parlamentarias" con HB y coronada por la firma de la declaración de Lizarra. La tregua de ETA, sin embargo, la mira con optimismo: "Los terroristas, suelen ser más consecuentes asumiendo la democracia que los predicadores que no han probado la guerra", dice. Pregunta. ¿Cómo ve el momento del país desde la distancia de este retiro obligado?. Respuesta. Me procupa la cabriola del PNV, aunque la veía venir, dada por el agotamiento del nacionalismo. El PNV pensaba que con el Estatuto, la desaparición de todos los símbolos de identificación con España y el autogobierno asumido por todos, la gente se haría nacionalista. Y ha resultado que no. Por eso ha terminado yéndose a Estella, como hizo en 1931 en compañia de los carlistas, como si los veinte años de autogobierno, de desarrollo pragmático de una administración propia y los trece de colaboración con los socialistas no hubieran existido. P. Pero parece que Estella ha puesto el colchón y dado como fruto la tregua indefinida de ETA. R. Eso es falso, no tiene nada que ver. La tregua de ETA se hubiera dado con o sin Estella. Es más, el paso de HB y ETA habría sido más importante sin la coartada de esa declaración. P. Habrá tenido tiempo de leer entero y con atención el comunicado de ETA. ¿Qué hay que tomar en serio de él y que es sólo literatura necesaria para consumo interno? R. No hay que tomar en serio nada, de la primera a la última línea. Lo único que cuenta de ese comunicado es que han parado. Si lo tomáramos en serio, a mí me parece uno de los textos más espeluznantes de los últimos veinte años. Reconocen que han estado acosando a su propio pueblo para hacerle cambiar la voluntad y que paran porque ya lo han conseguido con algunos, con el PNV y EA, que se habrían pasado a su terreno. Para los que no lo han hecho aún, piden el acoso social. Eso me parece espeluznante. Pero lo importante es que han parado, que eso va a crear a HB la conciencia del poder y la fuerza de sus votos y les va a demostrar que no dependen de ETA para nada. Su siguiente paso será tomar conciencia de que tampoco necesitan otros padrinos. Aunque entiendo que ahora busquen el arropo, del PNV, les ahogará. P. ¿Sugiere que el PNV fagocitará a HB? R. Todo lo contrario. HB intentará emanciparse del PNV, porque no puede dejar que quien hable por ellos y administre sus cosas sea Arzalluz. Y HB no es sólo nacionalista. No sé si son de izquierdas, pero desde luego no son democratacristianos. La incorporación de HB cambiará la relación de fuerzas en el Parlamento vasco. P. ¿Es verdad que el PSOE impidió al PSE hablar con HB? R. Es cierto que hubo muchos recados urgentes y se consideró que hablar con ellos sería muy malinterpretado. Ahora creo que el PSE debe facilitar la evolución positiva de HB. P. ¿Eso significa hablar con ellos? R. Significa fomentar su evolución positiva. Para que no se enquisten como mamporreros supeditados al PNV y puedan romper con ese padrinazgo. P. ¿Se parece en algo este proceso al de ETA político-militar en 1981? R. Fue más fácil. Ellos lucharon contra el franquismo y por el autogobierno. Hubo un cambio político al que se adaptaron,para no verse enfrentados con lo mismo por lo que habían luchado. Ahora no hay cambio político; la propia tregua es el cambio. P. ¿Qué calcula que esté pasando en ETA ahora mismo? R. A veces pensamos que todas las mañanas tenemos que decidir grandes cosas. Y no es así. Se decide una cosa en la vida y eso te crea una inercia. ETA y HB han decidido las estrategias más duras y complicadas, como Oldartzen, las han discutido mucho y las han asumido como un solo hombre. Lo mismo sirve ahora. Ésta puede ser una tregua táctica en términos militares, pero se convertirá en estrategia, en política, en cultura y finalmente en ética. P. ¿No cree que ETA regrese a la violencia? R. No, entre otras cosas porque si alguien quiere volver a ella tendrá que decir qué pueden hacer que no hayan hecho ya, porque lo han hecho todo y fracasado. Los vascos somos pragmáticos: si yendo por un sitio te das contra una pared, rodeas por otro. Además, frente a la gente que hace afirmaciones los fines de semana y eso no le repercute en su vida cotidiana para nada, hay otros que han hecho una opción y han perdido por ella veinte años de su vida en la cárcel. Esta persona yo creo que es sincera. P. ¿Cúal se el desarrollo más previsible de los acontecimientos de aquí en adelante? R. Todo depende del resultado electoral. No me extrañaría que los vascos, que hacemos bien las cosas, aunque las expliquemos fatal, volvamos a actuar con sensatez y no haya un gobierno nacionalista. Para eso, el PNV tiene que volver de Estella, como hicieron Aguirre y Ajuriaguerra. Espero que esta vez no les cueste tres años darse cuenta de que Estella es una falacia y que se están haciendo trampas en el solitario. P. ¿No cree en esa posibilidad de un gobierno PNV-EA en minoría, al menos hasta las municipales?. R. Eso sólo serviría para perder un año. Pero igual lo necesitan, para quitarse el complejo de su colaboración con los no nacionalistas y convencerse de que eso de que todo se arreglará el día que los nacionalistas se ponga de acuerdo entre sí es falso. ¿Por qué?. Porque HB y el PNV sólo pueden acordar tonterías supinas como mandar un telegrama a Clinton. Pero no será en un programa de gobierno en lo que se pongan de acuerdo. P. ¿Volveremos al Plan Ardanza?. R. Ardanza ha dicho algo fundamental: resolvamos la violencia y luego abordemos la cuestión vasca y aceptemos lo que el pueblo decida. Yo estoy por eso y no me imagino qué puede decidir el pueblo vasco que no quepa en la Constitución. P. ¿Reformándola o sin tocarla? R. La Constitución se puede reformar, pero eso significa que al día siguiente, con esas reformas, el PNV tiene que aceptarla. Porque si dice de antemano que no lo hará nunca ¿para qué nos vamos a remangar?.
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