Triunfos de Moreno y El Juli
Tornay / Ubrique, Moreno, El Juli
Seis toros de Rocío Tornay, sin trapío, pobres de cabeza y escasos de fuerzas. El 3° cumplió ye! 50 fue sustituido por un Jandilla, al que se le dio la vuelta a! ruedo. Jesulín de Ubrique: estocada (aplausos); media estocada (saludos). José Luis Moreno: pinchazo, estocada (oreja); estocada (2 orejas y rabo). El Juli: estocada, 3 descabellos (oreja); dos pinchazos, 11 descabellos (vuelta al ruedo). Moreno salió a hombros. Plaza de Jaén. 17 de octubre. 7ª de feria. No hay billetes.
El primer triunfo de El Juli llegó a las doce de la mañana, hora en que se emocionan los taurinos cuando se cuelga en las taquillas el no va más. Al finalizar la corrida la noticia podría ser que esta vez no salió a hombros, pero la verdad es que sus partidarios lo aclamaron a pesar de habérsele negado la espada.
José Luis Moreno cerró brillantemente la temporada de su consagración, viaje de gran mérito si se tiene en cuenta que lo empezó desde muy abajo. El quinto bis empezó distraído en el capote y More no remató unas verónicas insulsas dejándose ver en una larga cambiada. Se ajustó después en chicuelinas de mérito y, tras brindarle a toda su gente en mitad de la arena, toreó relajadamente, con buen gusto y una variedad improvisa da, pensando en la cara del toro, a una res que ciertamente se lo permitió, persiguiendo los engaños con docilidad y sin apretarle nunca, para lo que intentó el privilegio del indulto. No parecía que hubiera motivos para tanto, como también hay que reconocer que la salida a hombros, llevado por su cuadrilla, fue un punto triunfalista si nos referimos al buen día de hoy, aunque tuviera sus razones al valorar la temporada.
En el segundo Moreno toreó dándole distancia para evitar que hiciera posada en el centro de la suerte. No duró mucho la alegría en la casa del pobre, ya que el toro, o lo que fuera, no daba para más.
El Juli abrió su caja de sorpresas aguantando a pies juntos, galleando según se caía su enemigo y provocando el delirio con las afamadas lopecinas. No hay duda de que algo ha cambiado bajo el sol y de que ya tenemos a todo el escalafón muy atareado mientras vuelan los capotes en ejercicios de salón.
En el sexto lució en tres largas cambiadas, siguió por verónicas rematadas con una serpentina y puso la plaza en pie en el quite por crinolinas seguidas de un desplante rodilla en tierra y un recorte. Puso banderillas al cuarto, de dentro afuera y por los adentros. La plaza continuó loca cuando toreó sentado en el estribo con poquísimo sitio. Luego intentó torear al carro de la carne, pero sólo pudo hacerlo sobre medias arrancadas y se vio precisado a recurrir a los alardes.
En el tercero mostró toda su tauromaquia basada en mantener la quietud un punto más allá de lo posible y procurar que la res sólo vea los engaños. Aunque el toro se apague, para El Juli es de día cuando los demás sólo ven noche cerrada. Una brillante cabeza y un buen conocimiento de los terrenos adornan 16 años privilegiados.
Jesulín de Ubrique tiene bastante poco que decir con el capote y no para de repetirlo. El nuevo Jesulín es parsimonioso y aguanta impávido que el toro se desparrame por los suelos, mientras que se dividían las opiniones entre la tenaz banda de música y los partidarios de que un piadoso silencio acompañase dignamente la muerte de un cansino borrego.
Tal era el trapío del cuarto que más parecía mixto en cabra. El santo público se lo tomó a chacota y cayó en la rechifla y el insulto a la autoridad y a su señora madre, de la que se deducían testimonios que ponían en duda su moral. En el segundo tercio, el banderillero de turno hizo blanco en el aire, pues no había materia y, burla burlando, Jesulín se dobló ferozmente con él para reducir la fuerza que nunca existió. Después vinieron muchos pases en relación inversa a la calidad. Por suerte, todo tiene su fin.
Babelia
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