Aznar exige a HB y ETA que acepten para siempre "los procedimientos democráticos"

El presidente del Gobierno, José María Aznar, exigió ayer una condición añadida a HB y ETA para mantener su compromiso en el proceso de paz: que, además de renunciar a la violencia, acepten no sólo los resultados de las elecciones del día 25, sino también el marco democrático. "Tenemos que exigir y exigimos a los que han cercenado la convivencia en el País Vasco que acepten definitivamente los procedimientos democráticos y renuncien a la violencia", dijo en Vitoria, donde no hizo ninguna referencia al gesto del Ejecutivo de trasladar cuatro presos etarras a cárceles de Euskadi.

"Sé lo que estoy haciendo y puedo hacer por la paz. Estoy demostrando que puedo hacerlo sin ninguna duda y lo seguiré haciendo", manifestó José María Aznar en relación con el proceso abierto tras la tregua de ETA. También anunció que todos los sondeos de este fin de semana prevén una fuerte subida del PP y su triunfo en Álava. El presidente del Gobierno,que ofreció su tercer mitin en el País Vasco en tres semanas -esta vez en el pabellón Europeo, de la capital alavesa, lleno a rebosar de jóvenes-, aprovechó para garantizar que no se saldrá del marco del Estatuto de Gernika y dirigir numerosas críticas al PNV, al que no citó, pero al que presentó como un partido obsoleto.

Aznar insistió en su actitud de "firmeza democrática" en el proceso de pacificación. En esta línea, puso una condición añadida a las dos ya conocidas para mantener su compromiso. Además de renunciar a la violencia definitivamente y aceptar los resultados del 25-O, ETA ha de asumir el marco y los procedimientos democráticos.

También ratificó que no va a aceptar un proceso de diálogo que se salga del marco estatutario: "No estoy dispuesto a abrir un camino que no tenga brújula, mapa o destino. De aventuras y riesgos, nada". A renglón seguido, ofreció el Estatuto de Gernika como la alternativa del Gobierno para el avance político en el País Vasco. Ese documento, dijo, " no es sólo el reconocimiento del pasado; es, sobre todo, el camino del futuro. Es un patrimonio común de todos los vascos con un gran porvenir por delante. Garantizo su cumplimiento y su correcta aplicación".

Aznar aprovechó su defensa del Estatuto para extenderla a la Constitución y lanzar un primer ataque al PNV: "Algunos dicen que ésta no es su Constitución. Yo digo que tampoco es la mía. Ése es precisamente su éxito: que, al no ser la de ninguno especialmente, es la de todos. Ha sido la base de la superación del enfrentamiento de los españoles durante siglos y sigue siendo la mejor garantía de futuro".

A partir de ahí, Aznar no dejó de criticar al PNV: "Algunos parece que no se han dado cuenta de que el mundo ha cambiado de cien años a esta parte un poco. Yo creo que no sólo un poco, sino mucho y a mejor. No se puede abrir el siglo XX con fórmulas de hace cien años. Es un camino hacia atrás". Las alusiones al eslogan del PNV, que se enorgullece de su larga historia, fueron evidentes en buena parte de su intervención.

En otro momento reprochó, "por contradictorio", el discurso de integración europea que defiende el candidato nacionalista, Juan José Ibarretxe: "Cae en fraude quien no sepa acompasar sus ilusiones con la realidad. No se puede pensar en el futuro con la imaginación puesta en un pasado que ya dejó de existir". Aznar quiso realzar la imagen de futuro comprometiéndose, en ese momento, a que en el año 2000, en el que España presidirá la UE, el País Vasco tenga un gran protagonismo.