Algeciras, capital de puerto de mar
, Algeciras no es cualquier cosa y sus habitantes lo saben. Está entre dos continentes, un mar y un océano y tiene a tiro de piedra la frontera entre tres países y dos imperios añejos. Además, esta pegada a uno de los puertos más importantes de todo el Mediterráneo. Con nombre árabe y carácter de frontera eterna, esta ciudad que apenas rebasa los 100.000 habitantes sueña ahora con ser capital. Con ser cabeza de ratón, en vez de cola de león. Su alcalde, Patricio González -del Partido Andalucista, pero que actúa muy por su cuenta-, ha diseñado una estrategia de ruido para lograr los objetivos de la ciudad. "Aquí hay que patalear, ¿Cómo si no conseguí lo de la Audiencia?", afirma rotundo, no sin después admitir que la presión del vicepresidente Francisco Álvarez Cascos para que Gijón tuviera una sección de la Audiencia de Oviedo ayudó tanto a Algeciras como a Cartagena para colarse por la misma rendija. González no ha dudado en poner en riesgo el pacto de Gobierno en Andalucía arremetiendo de manera inmisericorde contra la titular de Justicia, la socialista Carmen Hermosín, con tal de conseguir beneficios para su ciudad y, por lo tanto, sus votantes. Cádiz Cádiz, la mar de lejos. El lema utilizado en la campaña para lograr la segregación de la Audiencia provincial, resume el sentir de gran parte de los algecireños. A pie de calle, ni uno solo deja de resaltar las dificultades que le supone para su vida cotidiana el depender administrativamente de Cádiz. Las sensibles orejas de González captaron el mensaje y, tras leer un panfleto casero de la Coordinadora Campo Gibraltar Provincia, decidió que iba a quedarse con esa bandera. Ahora es la cabeza visible de la solicitud (que no exigencia, que sería muy poco político) de la novena provincia andaluza para el Campo de Gibraltar. Ahora le saca los colores a los partidos grandes (incluido el suyo propio) con movimientos como sufragar los gastos de instituciones universitarias (ahora se puede estudiar Derecho en la ciudad) en Algeciras o reventar cualquier acto político de cualquier consejero en la zona si quiere un nuevo ambulatorio o reparar el tejado del mercado de abastos y cree que la Junta está siendo roñosa con los fondos. En caso de que se lograra una comarcalización o, incluso, la nueva provincia, Algeciras sería sin duda alguna la capital de los siete municipios del Campo de Gibraltar. En sus calles, no hermosas, pero bastante limpias, y con una respetable cantidad de dinero en los bolsillos de los ciudadanos, esta posibilidad despierta adhesión y confianza. La seguridad en sí mismos está basada en el puerto. Éste es tan grande y próspero, que durante años parecía que lo que tenía era una ciudad adosada al mismo, que caminaban con el paso cambiado. Según aparece en la memoria del puerto del pasado año, pasaron por sus dársenas más de 40 millones de toneladas de mercancías diversas, un 5,79% por encima de la media nacional. También se supero el límite del millón y medio de contenedores, lo que sitúa a Algeciras a la cabeza del tráfico de los mismos en el Mediterráneo. En cuanto al trasvase de personas, protagonizado principalmente por la Operación Paso del Estrecho, cruzaron por Algeciras casi 700.000 vehículos, con tres millones y medio de personas a bordo. Otro récord adornado por los casi 100.000 vehículos industriales que cruzaron a Marruecos desde la ciudad. La pujanza del puerto unido a la riqueza que generan la refinería de Cepsa, Acerinox y las empresas de los polígonos industriales de Palmones y el Cortijo Real proporcionan a Algeciras con las armas para creerse a sí misma. Comunicaciones No es solamente la riqueza generada la que impulsa la petición de reconocimiento administrativo, sino la pervivencia de la salud de estos instrumentos económicos. Para autoridades y habitantes del Campo de Gibraltar, el actual estado de las comunicaciones terrestres repercute negativamente en el desarrollo del puerto y la industria. Según las tesis municipales, con comunicaciones adecuadas, florecerían las empresas secundarias del puerto y las otras industrias. Lo mismo sucedería con el aumento de la oferta de empleo. El paro es una de las sombras del Campo de Gibraltar. En Algeciras, según aseguran en el Ayuntamiento, supera con creces el 20%. La capitalidad daría a Algeciras alas para crecer. González, que gobierna en el Ayuntamiento gracias a cuatro tránsfugas del PSOE y que amenaza con abandonar el PA cada vez que no le apoyan en alguna de sus peticiones o quejas, considera que en la ciudad se vive muy bien. Lo que casi todos, tanto habitantes como políticos, dejan bastante claro es que la ciudad se conformaría con la comarca e, incluso, con el acercamiento de servicios e instituciones a Algeciras. La petición de la novena provincia es más un arma que un objetivo. La peculiaridad del Campo de Gibraltar no da como para sentar diferencias significativas y urgentes. Sin embargo, la situación de abandono que aseguran percibir y sufrir sus ciudadanos sí espolea pequeñas rebeldías en esta zona
El esbozo del mito de la diferencia
Hace ya algunos años, al principio de la década un grupo de trabajadores de Acerinox vinculados al Partido Comunista de Andalucía, comenzaron a llevar la idea de la creación de la novena provincia andaluza en el Campo de Gibraltar a todos los foros que podían. Un buen día, Patricio González se topó con sus peticiones en una reunión de la Mancomunidad de Municipios y se sumó a la propuesta de tal forma que la gran mayoría la considera suya propia. Sin embargo, los postulados de la Coordinadora Campo de Gibraltar Provincia, poseen un carácter infinitamente más romántico. Como no podía ser de otra manera, los integrantes de la citada plataforma recurren a la historia para buscar el origen de sus discrepancias. Uno de los puntos clave es el origen de las poblaciones del Campo de Gibraltar. Tras la cesión de la soberanía del Peñón a los británicos, a principios del siglo XVIII, aquellos que no quisieron cambiar de soberanos se desperdigaron por la zona haciendo crecer la población de lo que habían sido meros poblachos satélites de la Roca. Esto les confirió el carácter de comarca, más por estar alrededor de un enclave de territorio extranjero y una bahía estratégica que por otras singularidades. Luego, el Campo de Gibraltar era comarca, antes que Cádiz provincia. Ése es uno de los argumentos que tanto comarcalistas como provincianistas usan constantemente para marcar distancias con la capital y la provincia y, de paso, ponerse a la misma altura histórica. Por el momento, las diferencias históricas no tienen un significado más allá de lo administrativo. Desde la Plataforma Campo de Gibraltar Provincia se está comenzando un proceso de reclutamiento de expertos para reescribir gran parte de la historia de la zona. Resaltar la importancia del Peñón frente a Cádiz. Se llega a poner en duda que la capital de la provincia sea la legendaria Gadir fenicia. Para estos defensores de la nueva provincia, incluso Tariq, que encabezó el desembarco árabe en la península en el siglo VIII y puso pie en el Peñón de Gibraltar, podía no haber sido un árabe, sino un señor de los de la zona, que se enfadó con los suyos y la armó buena desde las costas del norte de África.
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