La Zaranda celebra en el festival de Cádiz sus 20 años de teatro independiente

La Zaranda, una de las compañías teatrales más prestigiosas del panorama escénico español, cumple 20 años de permanente búsqueda de vías de expresión ajenas al estereotipo y la moda. El Festival Iberoamericano de Teatro (FIT), en el que los artífices de Vinagre de Jerez o Perdonen la tristeza son verdaderos clásicos, es el foro en el que La Zaranda soplará las velas con su último montaje, Cuando la vida eterna se acabe. "Venir a Cádiz es el eterno retorno", comenta el director, Paco Delazaranda. "Nunca pensamos que el FIT sería la plataforma que nos llevaría a América. Creíamos hacer un teatro esencial, de raíz, hasta que viajamos a América con la única fe de encontrar eso que nos mueve a seguir haciendo teatro". A la hora de hacer balance de su andadura, el grupo recuerda, a partes iguales, momentos de vinagre y de sal. Ambas cosas, en palabras del director, "son importantes; como el éxito y el fracaso, según el momento". Bajo el apellido Teatro Inestable de Andalucía la Baja, La Zaranda ha demostrado tener mayor capacidad de permanencia que otras compañías con mayores recursos económicos. El secreto, según sus responsables, reside en su afán de "romper fórmulas, la fe de encontrar el misterio, y, sobre todo, la casualidad". "El arte es inestable y el teatro es, en concreto, el territorio de lo inesperado, el que te marca lo que debes hacer", dicen. Respecto al montaje que presentarán esta noche en el Gran Teatro Falla, Paco Delazaranda asegura que supone una continuación de su constante "canto al amor, a la vida y a la muerte y, desde luego, a la esperanza". "Es algo difícil de explicar, cada espectador escoge lo que más necesita", afirma.