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Villapalos liga su continuidad en el cargo al cumplimiento del plan de mejora de la escuela

El consejero de Educación, Gustavo Villapalos, se muestra convencido de que el plan adicional para la mejora de la escuela pública, 131.000 millones repartidos en los próximos cinco años, va a salir adelante tal y como él lo ha concebido. Se trata de un proyecto en el que cree "fervorosamente", enfatizó. Tan es así que, en la hipótesis de que estas ayudas se recortaran, Villapalos abandonaría el cargo y se aplicaría los versos de Rafael Alberti que él mismo recitó en el pleno de la Asamblea regional: "Déjame, señor, que quiero volver al río. / Volver a ser pescador, que es lo mío".

El consejero, por el momento, no quiere retomar los trebejos de pescar. Pero ayer, a la hora de explicar el proceso de transferencia de la educación no universitaria a la Comunidad, tiñó todo su discurso de un tono que dejó intrigados a buena parte de los parlamentarios. Intercalando expresiones como "por si fuera la última vez que hablo en esta tribuna", Villapalos insistió en que el plan para elevar la calidad de la enseñanza no universitaria era una de sus criaturas más queridas, una de esas apuestas por las que merece la pena luchar. Y dio a entender que el contenido de ese programa era el mismo que negoció durante cuatro meses con UGT y CCOO (cifrado en 118.000 millones de pesetas), con una partida adicional de 13.000 millones para trazar un plan específico con vistas a la formación profesional.

259.000 millones

Gustavo Villapalos aseguró que el importe efectivo de las transferencias no ascenderá a 255.000 millones de pesetas, como calcularon el presidente de la Comunidad, Alberto Ruiz-Gallardón, y la ministra de Educación, Esperanza Aguirre, en la firma del preacuerdo del pasado 30 de julio. Aquel cálculo se sostenía en que el incremento presupuestario para 1999, respecto al ejercicio en vigor, rondaría el 5%, cuando la subida finalmente alcanzará el 7%. Villapalos dedujo entonces que las competencias educativas llegarán a Madrid con unos 275.000 millones de pesetas. Calculadora en mano, no obstante, esa ligera corrección no permitirá elevar el coste del traspaso de competencias más allá de los 259.000 millones. El baile de cifras acabó de poner en guardia a los grupos de la oposición, que seguían el debate con recelo. El portavoz de IU en materia educativa, Jaime Ruiz, sacó la conclusión de que la Comunidad tendrá que pagar con su dinero el precio de la reforma educativa, lo que implicaría tirar por tierra una buena parte del plan adicional de financiación. "El acuerdo de transferencia", adujo, "no incluye el que en estos dos años el gasto se eleva sustancialmente con la ampliación de la educación obligatoria de los 14 a los 16 años". Y remachó: "Este acuerdo será ejemplar para el PP, pero resultará catastrófico para los madrileños". Tampoco se mostró condescendiente la responsable de educación en el PSOE, Carmen Ferrero, a cuyo entender las transferencias recaerán en manos regionales "con un agujero de entre 30.000 y 40.000 millones de pesetas". Ferrero recriminó a Villapalos por haber "defraudado las grandes expectativas" generadas en la comunidad educativa. Cristina Cifuentes, portavoz del PP, acusó a los parlamentarios de la izquierda de "crear alarma social", en lugar de "ser generosos en reconocer los aciertos de este partido". Con todo, Villapalos acabó admitiéndo a Jaime Ruiz que el traspaso no estará listo para el 1 de enero, como los populares anunciaron, "porque el proceso es muy complejo y se tiene que dilatar algún mes". Ruiz respondió que la Comunidad no tomará las riendas educativas hasta el inicio del curso escolar 1999-2000.

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